miércoles, 10 de noviembre de 2010

Las aventuras africanas de Calamardo (VI). Últimos consejos (1): mitos y leyendas

Sobre playas, ayuntamientos y televisiones locales
Pues vamos a ir terminando con este especial dedicado a mis viajes y experiencias con Melilla, comentando algunas cosillas que es conveniente saber si vas a pasar unos días por allí y necesitas información básica para subsistir. Insisto en que es una ciudad a la que merece la pena ir en algún momento para pasar unos días muy agradables por allí.

En cuanto a las playas, el melillense está muy orgulloso de ellas. No sé por qué, pero lo está.

En realidad el carácter melillense es marcadamente egocéntrico y muy chauvinista con respecto a su ciudad, que lleva al extremo en todos los aspectos: piensa que todo el mundo debe saber dónde esta Melilla, quien es su presidente, su año de fundación, número de habitantes, etc... Como si cualquier otro habitante de la península supiera poner en el mapa y conocer esos datos de, por ejemplo, Palencia o Zamora. El melillense se ofende si no conoces algo de Melilla, ellos lo consideran casi una obligación (imagino que será parte de su complejo de lejanía).  Todo ello, además, acrecentado por una autocomplacencia que a veces llega a la exasperación. Está bien que uno ame y valore lo suyo, pero es sano también un poco de autocrítica que, desde luego, allí no existe, para mejorar las cosas susceptibles de ser mejoradas. El mejor ejemplo, para mí, son sus playas. Para el melillense son magníficas, pero la realidad es que no sólo no ofrecen nada nuevo ni especialmente interesante para alguien que venga de la península si no que además, te llevarás una desagradable sorpresa si les haces caso a pies juntillas a todo lo que te dicen. En realidad Melilla no está preparada para el turismo, y los melillenses tampoco. Ojo, son muy agradables, cordiales y realmente muy acogedores, pero no comprenden lo que significa atraer el turismo, porque a pesar de oirles hablar del tema, no es algo que les preocupe realmente ni en lo que ponen especial esfuerzo.

Melilla es una ciudad que vive subvencionada: no tiene agricultura, no produce nada y no hay fábricas, por lo que el sector primario y secundario de su economía es totalmente inexistente, y en cuanto al tercero, el comercio está en manos, casi en su totalidad, de los marroquíes (los productos agrícolas de la ciudad provienen casi todos de Marruecos), hindús y hebreos, a los que últimamente se les han añadido los chinos. El único activo con el que cuenta es su funcionariado, que es a lo que se dedica con pasión el melillense. Y además, es una ciudad anestesiada, sedada ante la realidad que le rodea. Tengo la impresión de que la sociedad ha sido "domada" a base de subvenciones y partidas presupuestarias de papá Estado y mamá Europa, porque está claro que una ciudad como Melilla, ubicada donde está, no puede sino tener una historia plagada de gente con coraje y ganas de ir hacia adelante, algo que parece que ya no existe, las cosas como son.

Yo tengo la costumbre, buena o mala, de hablar de mi propia experiencia y mi experiencia como turista en Melilla es muy mala con, por ejemplo, los hoteles de allí. En cierta ocasión en la que me casé en Melilla, como es lógico tuvimos que alojar a parte de la familia Calamarda (que se pegó el viaje desde la península) en un hotel y escogimos, no recuerdo por qué, el "Rusadir". La oferta hotelera de Melilla no es precisamente amplia ni en cantidad ni en calidad, así que dejémoslo ahí. Recuerdo que en la inauguración del Hotel Melilla Puerto (el último hasta la fecha que han construido) cuando fue la televisión local a hacer un reportaje al estilo de "Melilla directo", la presentadora recalcó, impresionada y llena de alegría, el hecho de que el buffet del desayuno fuera tan completo que hasta había bacon... ¡toma ya! Pues bien, como la fecha del enlace matrimonial entre Calamardo y la que en aquellos momentos era futurible Sra. Calamarda estaba más o menos clara desde que una tarde en la que unos amigos, aprovechando el efecto que unas cañas habían provocado sutil y animosamonte en nuestras almas y mentes, nos animaron a elegirla (¡ay! quién pudiera dar marcha atrás o simplemente aguantar mejor la bebida...); pues digo, como la fecha la teniamos clara desde un principio, en cuanto hubo coincidencias con las fechas propuestas, por su parte, por el clero, decidimos que había que hacer las reservas de habitaciones correspondientes, con toda la antelación que fuera necesario para evitar cualquier problema.

Y cuando hablo de antelación, quiero decir antelación. Vamos, que las habitaciones fueron reservadas y confirmadas varios meses antes, incluso insistíamos en pagarlas para asegurarnos su disponibilidad, pero no nos dejaron pagarlas...

Y claro, no todo iba a ser tan fácil tratándose de Melilla. Resulta que la fecha de la boda coincidía con un certamen de bandas de música militar (sí, así como suena...), certamen del cual nosotros tuvimos a bien conocer su existencia la misma mañana que fuimos al hotel a hacer uso de las habitaciones previamente reservadas con meses de antelación, y darnos cuenta de que dichas reservas se las habían pasado los del hotel por el forro de la bandera de la primera agrupación musical que se pasó por allí buscando habitaciones. Ahora suena a gracioso, que si que risa, que si ja ja... pero maldita la gracia que nos hizo aquello. Al final conseguimos arreglarlo, pero echándonos unas voces y alguna que otra licencia lingüística metafórica, para hacerle ver al encargado del hotel que aquello era una mierda como una catedral de grande y que no se enfadara mucho, porque las habitaciones, lo que es necesitar, las necesitábamos de verdad.

Porque aquí amigo, viene otra enseñanza y moraleja que debes aprender: el melillense es muy amable y todo lo que tú quieras, pero en ocasiones te meterá sutilmente el dedo en el ojo, poco a poco como el que no quiere la cosa. Tú te preguntarás: "¡Coño! ¿me está metiendo el dedo en el ojo o es impresión mía?"...  irá metiéndotelo cada vez más profundo (se lo lavará previamente con alcohol, si es necesario)... hasta que tú saltes y protestes porque estás ya hasta los cojones del dedito. Entonces, y sólo entonces, el melillense te dirá: "¡coño!, no te pongas así, si tanto te molestaba haberlo dicho antes, pero no hace falta que te pongas de esa manera". O sea, que al final, la victima eres tú. Toma nota. Este consejo te lo doy gratis para que vayas aprendiendo.

Pero volvamos al tema de las playas.

Es cierto que tiene unos dos kilómetros de costa, de playas de arena y en teoría muy acogedoras y con buena pinta, hasta que te vas acercando y ves en detalle más de cerca cómo está la cosa. Es cierto que todas ellas tienen una gran cantidad de servicios y están muy bien, realmente bien, equipadas, con todo tipo de cosas y acomodadas incluso para que los invidentes puedan hacer uso de ellas sin problemas. Pero he aquí que no todo lo puede conseguir la pasta oficial (pasta de la que en Melilla disfrutan a manos llenas gracias a los fondos de cohesión europea que allí gastan a espuertas). He de decir que en todo aquello que se puede limpiar, se limpia. Es decir, que la arena suele ser limpiada a diario, o casi, yo que sé, por las máquinas que tiene el ayuntamiento. Pero claro, hay un dicho que afirma que "la mierda que echas al mar, el mar te lo devuelve", y he de indicar que quien lanzara tal comentario, debía de ser de Melilla o los alrededores, porque en esa parte de la playa que delimita el borde de la arena y comienza el agua, allí donde las máquinas no pueden entrar a limpiar, lo que viene a llamarse la orilla propiamente dicha, suele haber un perímetro de unos dos o tres metros de ancho que sólo podría calificar de auténtico vertedero en algunas partes de lo que ellos llaman playa. ¿Alguna vez has visto en la misma orilla de la playa un cagarro de perro? yo sí. Porque compresas, te las encuentras en todos los sitios (en mayor o menor medida, ya que realmente son un clásico), pero una mierda de perro de esas grandes (de pastor alemán por lo menos y ya crecidito, no te vayas a creer) en mitad de la arena recién puesto... joder, eso es más complicado. Si eres capaz de obviar ese zona perimetral de mierda y basura, y le echas huevos para bañarte, pues eso, que eres un valiente y que a tí no te mata cualquier cosa.

En relación a las playas de Melilla hay varios mitos:

- "La playa es que se ensucia durante el día, pero por la mañana si vas temprano está limpia". ¡Joder! ¿hay que ir a las 8 de la mañana o qué? porque lo que tengo claro es que para levantarme temprano ya tengo mi trabajo, y lo que es a mí, en una playa no me verán, como mínimo, hasta las 11 o las 12 de la mañana, que para madrugar tengo el resto del año.

- "Cuando sopla el viento de levante la playa se ensucia, si es poniente, no". En Melilla es muy fácil saber si el viento es de levante o de poniente (esto es completamente en serio): cuando sopla de levante la brisa viene del mar y por lo tanto la brisa es más fresquita. Si sopla de poniente, viene del continente y es muy cálida. Pues bien, la teoría melillense dice que si es de levante, el aire trae la mierda que hay mar adentro hacia la costa (lo cual me hace pensar que los peces del interior del mar están comiendo siempre patatas fritas de bolsa, bebiendo en botellas de vidrio de color verde y están cambiándose continuamente de compresas, lo cual es digno de estudio por sí solo, ojo); y si sopla de poniente, el aire arrastra esa mierda hacia el interior del mar y la playa está limpia. ¿Fácil no? Pues bien, mi teoría es que si te fijas en esto, en Melillla siempre sopla el aire de levante.

Hay otro mito relacionado con Melilla y es que se creen sus propias historias. Lo explico con dos ejemplos:

- La televisión local de Melilla deja a Telemadrid como un ejemplo de pluralidad y ausencia de sesgo en la información. Ahí queda eso, para empezar. En realidad ver un informativo de TeleMelilla, que es como se llama el invento, es como cogerse el Boletín Oficial de Melilla y ponerle voz. Es un panfleto propagandistico de primer orden que haría sonrojar de envidia a programas como El gato al agua (Interconomía) o Hablando claro (Telemadrid). Pues bien, en uno de esos boletines oficiales escucho al consejero o concejal, como se llame allí, de Medio ambiente decir (a mitad de agosto, eh....): "este año, aunque parezca una cifra exagerada, se ha superado el millón de visitantes a nuestras playas".... Y lo dice así, sin parpadear ni nada. Recordemos que la ciudad tiene unos 75.000 habitantes y el turismo foráneo brilla por su casi total ausencia. Lo cual me lleva a pensar: ¿desde qué siglo empezó el recuento de visitas para decir que son un millón? ¿cuántas veces han contado a los mismos visitantes? ¿¿¡¡¡UN MILLÓN!!!?? Un poco exagerado, me pareció a mi el concejal de medio ambiente.

- Hay una cosa que no termino de comprender: en Melilla existe la creencia de que su ayuntamiento, el edificio me refiero (que sí, es bonito, para qué engañarnos) es el quinto más bonito de España. Y punto. El día que alguien de allí me diga cuáles son los otros cuatro, me quedaré flipado y es que yo creo que esto es como una bola de nieve (como el comentario del concejal: lo dice, se queda tan agusto y sienta jurisprudencia, ¡toma castaña!). Y es que me imagino un dia alguien (no sé quién) viendo fotos de ayuntamientos españoles y llegando a la conclusión: "coño, pues el de Melilla parece que es el sexto más bonito de España... ¡no!, el quinto, porque es más bonito que ese". Y lo fue diciendo por todos los lados, hasta que quedó como verdad absoluta. Y si no haz la prueba, pregunta a los melillenses si saben cuáles son los otros cuatro... ¡NADIE LO SABE!

De cualquier forma, sí que es verdad que en las playas de Melilla es posible encontrar algunas cosas que las hacen especiales. Una de ellas es que no es habitual bañarse a 10 metros de una frontera oficial de la CEE. Y es que al final de la que se llama Playa del hipódromo (no, no hay hipódromo, pero es como cuando a la gente de Madrid le da por decir: "la carretera de la playa [de Madrid]"... manda huevos...) está el límite fronterizo sur con Marruecos, marcado por un dique artificial que delimita claramente con el territorio marroquí. Y como tal frontera que es, y más en este caso, se encuentra muy protegida por torres de vigilancia de la Guardia Civil dispuestas por todo el perímetro fronterizo cada 100 o 200 metros aproximadamente.


La foto está hecha con un móvil recién comprado al que todavía no sabía sacarle mejor partido, de ahí la mala calidad. A este lado del dique, la playa del hipódromo, al otro lado, parte del puerto de Nador

Por otra parte, la verdad es que el baño en estas playas es muy ameno ya que es posible estar comodamente tomando el sol y estar viendo continuamente cómo entran y salen los barcos tanto en el puerto de Melilla como en el de Nador (está uno en frente del otro) y comparten, por así decirlo la misma bocana de entrada al puerto, ya que ambos están dispuestos de tal forma que forman una enorme "O" abierta por uno de sus lados. El marroquí es un puerto que tiene mucho más movimiento que el español, al cual sólo llegan los ferrys procedentes de Almería y Málaga, y algún que otro barco mercante que se habrá perdido, y es casi continuo el movimiento de embarcaciones si estás bañandote o tomando el sol. Además os recuerdo que desde la playa es perfectamente visible "La maniobra de la muerte" de los aviones durante su maniobra de aproximación al aeropuerto de Melilla.

Atención señores viajeros, el barco procedente de Málaga está procediendo a entrar en puerto. No se olviden de sus pertenencias de mano. El último que salga que apague la luz

A la vista de estas dos fotos con tal mala calidad dos cosas saltan a la vista:

- Las playas de Melilla no son las más idóneas para practicar surf, porque las olas brillan por su ausencia. Esto es debido a que se encuentran encerradas entre tanto dique fronterizo y tanto rompeolas. Una de las pocas diversiones que tienen es cuando, al entrar y salir el barco del puerto, por efecto de las ondas y el movimiento de la propia embarcación, se producen unas cuantas olas producto de las ondas que genera el barco y que hay que aprovechar cuando se forman y llegan a la orilla, mansamente.

- Para que el agua te cubra un poco debes de llegar, por lo menos, a la mitad del Mar Mediterráneo porque, encajonadas como están las playas, imagino que se regeneran poco, que además, será la misma causa de la suciedad de sus aguas.

Lo que si tiene bueno Melilla es que esta rodeada por innumerables calitas, muchas de las cuales sólo son accesibles si vas en barca. Una de ellas es la de esta foto:


Siguiendo con los experimientos fotográficos, he unido como he podido con Photoshop dos fotos que de por sí ya fueron ambos experimentos de fotos con luz nocturna. Al final tenemos una cosa más o menos decente.

Es una cala, que no recuerdo su nombre ahora, a la que ahora se llega fácilmente gracias a una de esas obras típicas de Melilla que se hacen "por cojones" y por dinero. Bordeando la costa se ha creado una carretera que cuyo coste imagino que será el mismo que si en vez de haberla hecho con alquitrán y hormigón, como todas, la hubieran asfaltado con billetes de 500 euros, porque ha tenido que costar un pastón tirar por ahí una carretera, donde antes sólo había mar y roca... en fin. De esta forma, se puede llegar en coche hasta una de las calitas que rodean la ciudad, a los mismos pies de los llamados acantilados de Aguadú.

Pues eso, hay otras cosas que debes saber por si vas a pasar unos días alli, sobre todo si llevas tu coche o piensas alquilar uno por allí, y quieres salir vivo de la experiencia. Pero eso lo dejamos para la última parte de este reportaje (prometo que es la última).

Otros capítulos.
Las aventuras africanas de Calamardo (I).El viaje en avión
Las aventuras africanas de Calamardo (II). El viaje a Melilla en barco (1)
Las aventuras africanas de Calamardo (III). El viaje a Melilla en barco (y2)
Las aventuras africanas de Calamardo (IV). Melilla la vieja
Las aventuras africanas de Calamardo (V). Toca comer y te regalo la receta del auténtico pinchito moruno

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me he reido mucho (además de interesante). ¡Que pena que sea el último!

Calamardo dijo...

Hola anonimo, gracias por tus palabras!!

tengo una buena noticia para ti: aun queda la ultima entrega de mis aventuras africanas.

Anónimo dijo...

Hola jesús, te he seguido desde tu aparicion en El Alminar, a mi me pasa igual, no soy de melilla, pero la frecuento esporadicamente por motivos familiares, y llevas toda la razón, yo no me explico porque nos venden esas maravillosas playas, cuando no son más que playas como las de cualquier costa de España, ni que fueralas islas caimán. enhorabuena.

Anónimo dijo...

Muy bueno el articulo, Melilla, es cierto que tiene un a historia que nadie le puede quitar, la ganaron a pulso, es Española antes que muchas ciudades de España, pero de ahí a la ponderación que les dán a sus playas hay un abismo, pueden ser cómodas porque las distancias son escasas, entretenidas por aquello del ir y venir de barcos, amenas porque conoces a todo el personal, para mí esto es un handicap, prefiero el anonimato....pero en fín ellos nos venden el paraiso a cambio de nada, porque cualquier calita de la costa del sol reune por si sola sin chiringuito, ni barco, ni sombrillas ni nada el encanto que allí nunca encontraremos, pero así es la vida, tengamos en cuenta que si no promocionan las playas, ¿que pueden vender al turista?, si se están cargando la historia, no has visto que ocultan restos encontrados, y no buscan una alternativa cultural en la ciudad...cosas que pasan allí, Melilla tiene una idiosincracia única, y que conste que me gusta, pero para vivir me quedo en la peninsula. Un saludo

Calamardo dijo...

Hola:

gracias por pasaros por aqui y dejar un comentario.

Yo creo que Melilla tiene muchas cosas que ofrecer al turista. Muchisimas, y las playas son una de ellas, pero como complemento, no como "atraccion principal". Melilla tiene muchas carencias en el sector turismo (restauracion, hosteleria principalmente), pero tiene un potencial envidiable: restos de un pasado historico increible que no se explota. Si Melilla quiere vivir del turismo de sol y playa, no conseguira nada.

Melilla debe explotar otro tipo de turismo: el que busca lugares historicos. Siempre y cuando se haga con gusto y talento, yo creo que ahi teneis un filon por explotar. No es un turismo mayoritario, pero siendo realistas es que Melilla nunca podra tener el turismo como pilar economico.

Otra opcion seria abaratar un poco el billete de avion, no habra nunca un turismo de fin de semana mientras siga siendo mas barato ir a Roma, por ejemplo.

Saludos