jueves, 9 de septiembre de 2010

Las aventuras africanas de Calamardo (I). El viaje a Melilla en avión

Todos los años, por motivos familiares, paso una buena parte de mis vacaciones en África. Dicho así de esta forma parece que me voy de safari al Serengueti, pero no, en realidad voy a pasar unos días a Melilla. La verdad es que es una ciudad muy bonita y digna de pasar unos días, con un ambiente bastante especial que no es posible encontrar en ninguna otra ciudad de la península. Yo comparo Melilla con Minas Tirith, la ciudad fronteriza de El señor de los anillos, cercana al Monte del destino donde se encuentra Sauron. Y es que Melilla guarda ciertas semejanzas con esta ciudad ficticia. Primero por su caracter limítrofe, no sólo entre dos países, sino entre dos continentes, y lo que es aún más fantástico: entre dos culturas totalmente diferentes: la cristiana y la musulmana. Culturas que, entre ambas, ha habido choques sangrientos durante siglos, al igual que ocurre, también, en el señor de los anillos. Y claro, de vez en cuando hay ciertos roces. No es que de repente salga un ejército de orcos dispuestos a invadirnos... (¿o sí?...), pero siempre hay ligeras tensiones diplómaticas, o que traspasan el ámbito de la política y se convierten en realidad social. Ya hablaremos de eso. Además, Melilla también tiene su propio Monte del destino, aunque con un nombre menos trascendental, El monte Guru Gú el cual, al igual que el otro, también se encuentra, casi permanentemente, entre tinieblas.


El Guru Gú (en tierras marroquíes) al fondo, un día en el que Sauron estaba de buen humor

Melilla es una ciudad de unos 75.000 habitantes (o sea, que tiene el tamaño de cualquier capital de provincia de tamaño normal de la península) y ocupa una extensión de unos 13 km. cuadrados, y justo enfrente se encuentra una ciudad marroquí, Nador, que también fue fundada por españoles y que es bastante más grande que Melilla, el caso es que los puertos de ambas ciudades están uno enfrente del otro, y cuando llegas en barco parece que es uno solo, de enorme tamaño.



Estas dos vistas que pongo a continuación están tomadas desde dos puntos opuestos de Melilla. Las flechas rojas indican los sitios desde donde se realizaron cada una de las fotos opuestas. No se si me explico....

Melilla la Vieja desde una de las partes más altas de la ciudad

Y la ciudad actual, con parte del puerto pesquero, desde Melilla la Vieja

Antes de seguir, un consejo: a los melillenses les fastidia bastante que los foráneos hablemos de la península como "España". Así que si pasamos por allí unos días no les digamos "Yo vengo de España..." porque entonces seguro que tuercen el gesto. La razón es bien sencilla: para nosotros la península es físicamente España, pero para los melillenses, que se encuentran fuera de ese cacho tierra que es la península ibérica, ellos son también España, y es algo que llevan por bandera (nunca mejor dicho) y es que se sienten muy españoles. Y hay que decir que con razón, porque son parte de España, claro. Y allí en la lejanía de África es algo que ellos quieren subrayar mucho. Yo es una lección que he aprendido con los años (por la cuenta que me trae) aunque a veces aún se me escapa. Si algún día le dices a un melillense "Allí en España...", lo primero que te dirán es "Esto también es España".

Pues bien, una vez que pasamos parte de las vacaciones en Fondo de Bikini, fue la hora de hacer las maletas de nuevo y emprender viaje hacia Melilla. Lo primero que hay que saber es que Melilla no se encuentra al otro lado del Estrecho, que es lo que piensa la mayor parte de la gente, sino al otro lado del Mar Mediterráneo, geográficamente se encuentra debajo de Almería, a unos 220 kilómetros hacia abajo. Es decir, el Estrecho se encuentra a algo así como 700 kilómetros más a la izquierda en el mapa. Y es que otra cosa que jode bastante al Melillense es que se les confunda con Ceuta, que SÍ está al otro lado del Estrecho. ¿Que quiero decir con esto? pues muy sencillo: que no hay carretera entre la península y Melilla. Si quieres ir allí no te queda más remedio que coger un barco o un avion.

El avión.
Venir a Melilla no es barato en relación a lo que te puede ofrecer. Seguramente te saldrá mejor, económicamente hablando, pasar una semana en Nueva York que aquí. Y lo malo es que los melillenses siguen sin darse cuenta. Allá ellos. La línea aéra que hace los viajes hasta Melilla desde varias ciudades de la península es Air Nostrum, de Iberia. Son aviones de hélice bimotores que son comunes en otros trayectos que hace esta aerolínea, tanto para viajes nacionales como internacionales de corto alcance, con lo que no es una línea peligrosa ni de segunda línea ni parecido: yo he viajado desde Madrid a Pamplona, por ejemplo, en aviones similares. Si vienes en avión te cuesta un auténtico disparate si no eres residente, aunque es más rápido y lleno de emociones. Y cuando digo emociones es porque de vez en cuando se te ponen los huevos de corbata cuando llega el momento del aterrizaje. Como casi todo el mundo sabe, en un aeropuerto hay dos formas de tomar la pista de aterrizaje dependiendo de si sopla el viento por un lado o por otro. En el caso de Melilla, podríamos decir que la pista tiene una entrada norte y otra sur.

a. El lado Norte.
Si se coge la pista de aterrizaje en la misma dirección en la que llega el avión desde la península, éste llega sobrevolando por tierra marroquí, cogiendo el continente africano por el llamado Cabo de Tres Forcas (ver mapa anterior).


Imagen del puerto de Melilla con parte del Cabo de Tres Forcas en segundo término


El avión va bajando poco a poco hasta tomar tierra y si has tenido suerte de que te toque la ventanilla, podrás ver en todo momento la ciudad de Melilla aproximarse y verás el árido paisaje de Marruecos, y podrás observar las aldeas y pequeños nucleos rurales, con edificaciones típicas de casas de campo marroquíes, que sobrevuela el aparato antes de tomar tierra. Yo en alguna ocasión he hecho esta parte del viaje así y es bastante espectacular. Te sientes un poco como un aventurero que recorre los más insólitos lugares del mundo y llega a un país exótico. Aventurero de pacotilla, pero aventurero al fin y al cabo. Pero ojo, si el avión toma la pista por el lado contrario... entonces disponte a rezar todo lo que sepas.

b. El lado Sur: "La maniobra de la muerte".
Cuando se entra por la pista por la parte sur, el avión se adentra también en el espacio aéreo marroquí, pero por alguna razón la maniobra es un poco más brusca. La aproximación a la pista no es tan suave, pero el paisaje es igual de espectacular, a lo que hay que sumarle la incertidumbre de si el piloto habrá calculado bien la distancia a tierra y si le dará tiempo a completar el giro que está haciendo en ese momento.

La situación es la siguiente: el avión viene por el norte, que es donde está la península, y debe tomar tierra por el sur. En un momento dado ha de dar un giro de 180 grados para enfilar la pista de aterrizaje, bajando además en altura claro, mientras realiza el giro. Por alguna razón que no termino de entender, el piloto, en vez de tomarse el tiempo y el espacio que necesite para realizar la maniobra (joder, si de todas formas entras en el espacio aéreo marroquí, qué más da un poco más, ¿no?) decide que quiere darle un poquito de emoción a su vida (y con ello al resto del pasaje) y se toma el tiempo y el espacio JUSTO para hacerlo. Yo a veces he pensado que si en la maniobra se equivocase, yo que sé, en un par de grados del giro o en un par de metros, acabaríamos dejando el avión encima de alguna casa de Marruecos o aterrizando con la panza, en vez de con las ruedas. Hay que reconocer que la cosa le da emoción al viaje.

El caso es que en un momento dado, en el que el avion se encuentra horizontal, de repente pega un giro del copón sobre su ala derecha, poniéndose, yo que sé... con una inclinación de 45 o 50º, que parece poco, pero ya me gustaría a mí verte dentro. Te das cuenta que tienes a tu acompañante de asiento como un metro y medio por encima de tí y además notas que el avión va descendiendo bruscamente (lo nota sobre todo tu estómago). Esta maniobra suele hacerse encima de una de las playas de Melilla con lo cual es bastante fácil verle el escote a las bañistas que se encuentran unos metros más abajo. Esta maniobra vista desde la playa es bastante espectacular y es una de las atracciones, para mí, de las playas melillenses: poder ver en todo su esplendor la "Maniobra de la muerte", aunque no tiene nada que ver con la emoción de vivirla dentro del propio avión. A la intensidad propia de este movimiento del piloto, hay que sumarle el frenazo final del avión. Y es que hay que tener en cuenta que en la extensión de Melilla es de apenas 13 km cuadrados, como he dicho antes, y en ese pequeño trozo de tierra hay que poner la ciudad y el aeropuerto.

Si quieres ver un pequeño fotomontaje de una de estas maniobras que pude fotografiar al completo, haz clic aquí.

Con esto quiero decir que la pista no da tanto de sí como para permitir el aterrizaje del trasbordador espacial de la NASA, por ejemplo; vamos, que no deja mucho margen para cualquier error en la maniobra de aproximación. La verdad es que la pista es extremadamente corta y cuando el avión toma tierra debe pegar un frenazo que hace que te suba a la boca la primera papilla que tomaste y nada más coger tierra, imagino que el piloto lo primero que hace es invertir la potencia de los motores e intentar parar el bicho cueste lo que cueste (por lo menos es lo que hacen en las pelis: "Invierte la potencia de los motores ¡¡Intenta invertirla por Dios!!" me imagino que son las palabras del piloto).

De hecho, este tema es bastante importante. En mis múltiples viajes a Melilla, ya sea en barco o en avión, son muchas las anécdotas que hay para contar (afortunadamente ninguna grave para mí) aunque en uno de los viajes, a mitad de camino cuando estábamos ya sobre el mar mediterráneo, de repente me dice la Calamarda: "Hemos dado la vuelta". Y coño, era cierto. De repente tenía el sol a mi derecha cuando antes lo tenía a mi izquierda. Y así fue. Apenas unos minutos después nos informan de que debemos volver a Málaga por un problema de frenos. Así que tocó volver, desembarcar, esperar y volver a montar. En definitiva, un día perdido. Pero bueno, todo quedó en un susto menor, porque apenas unas semanas o pocos meses despues, ocurrió ésto.

En otra ocasión, más concretamente el 29 de agosto de 2001, la suerte pasó por mi lado y me tocó con su varita mágica. Ese día, un avión que realizaba el trayecto Melilla-Málaga (en aquella época la compañía era Binter Mediterráneo) se estrella pocos metros antes de tomar tierra en el aeropuerto de Málaga, muriendo 4 personas. El avión había salido de Melilla a las 9 y media de la mañana y yo debía coger un avión similar, esa misma mañana, apenas 3 horas después. Se podría decir de alguna otra forma, pero creo que lo más sencillo es decir que se me pusieron los huevos de corbata. Dicen que en el cráter que ha abierto una bomba nunca cae otra, pero ¡joder! las estadísticas están para romperlas, coño. Hay que decir que el vuelo entre Melilla y Málaga es bastante corto y nada mas coger un poco de altura, ya se ve en el horizonte la península, con el Mulhacén como enorme mojón nevado que nos indica a dónde vamos. Durante el tiempo que dura el trayecto poco a poco la costa se va haciendo más grande hasta llegar a tomar tierra, aunque ese día parecía que no llegábamos nunca y un silencio increíble había dentro del avión: cualquier alteración del ruido de los motores provocaba pequeños sustos y le gente mirando de un lado a otro. Al llegar a Málaga, al iniciar la maniobra de aterrizaje, evidentemente pasamos justo por encima del avión accidentado que nos precedió y la verdad es que la situación fue un poco desagradable.... Es mi peor recuerdo de mis viajes en avión a Melilla y cuando el avión tomó tierra y se paró, más de uno y más de dos respiramos aliviados.

Pero bueno, volviendo un poco a temas menos trascendentales, decir que la "maniobra de la muerte" y frenazo final es para aterrizar, claro. Pero para despegar es lo mismo pero al contrario: se produce el acelerón inicial. El proceso es el siguiente: el piloto se coloca al comienzo justo de pista, mete caña a los motores y cuando están a máxima potencia suelta el freno de mano del avión (o algo similar que imagino que tendrán estos aparatos) y el bicho sale volando solo simplemente con una aceleración de narices que te deja pegado al asiento, literalmente, porque pista, lo que se dice pista, para coger impulso, como que no hay mucha. La verdad es que por los 600 euros que suele costar el billete individual, la cosa da de sí, ¿eh? que al final no va a resultar tan caro.

Yo siempre he pensado que este problema de los frenazos al aterrizar y los acelerones al despegar se solucionaria con una pista circular con las curvas pedaltadas. Esto permitiría al avión dar tantas vueltas como sean necesarias para coger impulso (o para frenarse) como en las competiciones esas de coches americanas que estan dando vueltas todo el rato sobre un circuito oval. Yo dejo mi idea ahí para quien quiera recogerla y ponerla en marcha, porque no entiendo como no se ha puesto en practica aún.

Yo lo veo clarísimo. Vaya, ¡tiene un error ortográfico! pues ahora no voy a rehacer el fichero *.psd porque no me da la gana.

En otras ocasiones, si tienes suerte, esta aproximación al aeropuerto desde el lado sur se hace de forma más escalonada y suave y puede ser que el aparato se introduzca más en el espacio aereo marroquí, lo que te permitirá tener una visión perfecta de lo que aquí se llama "Mar chica", que no es sino una versión musulmana de nuestro "Mar menor", aunque en este caso parece ser que aún se mantiene más o menos virgen. En el mapa del comienzo, puede verse esta pequeña extensión de agua, desglosada del Mar Mediterráneo (o mar de Alborán) y que puede observarse sin problemas desde los puntos más altos de Melilla.

Además, los días más claros, aquellos en los que la bruma te lo permite, también es posible divisar con claridad toda esa parte del norte de África en toda su extensión, divisando en el horizonte una lejana cordillera, que no tengo ni idea de cómo se llama (lo he buscado por ahí, pero no lo encuentro) y que antecede, en el Norte de África, a la gran formación montañosa del Atlas. La verdad es que es un espectáculo bastante impresionante. En la siguiente foto, puede verse esta cadena montañosa de incierto nombre (yo calculo que se encuentra a una distancia de entre 80-100 kilómetros de Melilla), junto a parte de la Mar Chica, arriba a la derecha (aunque no se puede ver claramente). La torre que se ve en el centro, ligeramente a la izquierda, es de una iglesia de Melilla. Justo detrás, al fondo, pueden verse los barcos que esperan su turno para partir en el cercano puerto marroquí de Nador.



Ventajas e incovenientes del avion.

- Ventajas de venir en avión: son claras y rotundas pues el viaje apenas dura 1 hora, entre que subes y bajas.

- Inconvenientes: como he dicho antes, venir en avión a Melilla es espectacularmente caro si no eres residente. Los precios son desorbitados y no están al alcance de muchos. Hay ofertas de billetes baratos, pero hay que tener en cuenta que Iberia, en ningún caso, te dirá el horario del vuelo ni la fecha hasta un par de días antes (esto es rigurosamente cierto, pues me ha pasado a mí), con lo cual te tienes que joder si un dia te avisan y te dicen que tienes que volar pasado mañana a las cuatro de la tarde, por ejemplo. O sea... UNA MIERDA como el Everest de grande. En mi caso, al coger el avión en Almería y estar Fondo de Bikini relativamente lejos, la precariedad de la línea regular de autobuses no me deja más opción que ir en mi propio coche hasta la capital, y claro, luego el coche lo debo dejar en algún lado y los parkings de los aeropuertos no son precisamente baratos, con lo que al precio de los billetes le debo añadir el aparcamiento del coche. Hace falta ser Emilio Botín para poder permitirse el lujo de ir a Melilla en avión. El viaje en avión desde Madrid está descartado por completo: con una hipoteca sobre mi casa es suficiente. Imagino que ese trayecto se puso para los políticos que chupan del bote (porque en esto también Melilla es muy española) y para los empresarios, que digo yo que allí habrá alguno.

Por esta razón, los últimos viajes los hemos hecho en barco, aunque he decir que esto es como el refrán: "Salir de la sartén para caer en las brasas"... porque vaya tela, vaya tela.

Otros capítulos
Las aventuras africanas de Calamardo (I).El viaje en avión
Las aventuras africanas de Calamardo (II). El viaje a Melilla en barco (1)
Las aventuras africanas de Calamardo (III). El viaje a Melilla en barco (y2)
Las aventuras africanas de Calamardo (IV). Melilla la vieja
Las aventuras africanas de Calamardo (V). Toca comer y te regalo la receta del auténtico pinchito moruno

3 comentarios:

Anónimo dijo...

grups, parece que el viaje a Melilla es una aventura en toda regla, quien quiere hacer un safari, que es minimo el doble o triple, si por 600 euros puede planear con un destino incierto al estilo Memorias de África

María Ángeles ;- ) dijo...

Calamardo, me has caido bien. Desde hoy me propongo seguir tu blog aunque lo de la Formula 1 no sea muy de mi interés tienes mucha gracia escribiendo.

Calamardo dijo...

@anonimo (o anonima, ¡ejem!... ): si el viaje en avion te parece una aventura, espera a ver el viaje en barco... No se por que... pero creo que reconozco tu letra :-)

@Maria Angeles: gracias! espero que mis tonterias te resulten de interes y te pases por aqui de vez en cuando. He intentado entrar en tu blog, pero imagino que es solo por invitacion.

Gracias a los que leeis mis comidas de olla. Tiene merito leerse entero cualquiera de mis post sin caer en brazos de Morfeo.

Saludos!