Autor: Santiago Valenzuela
Editorial: De Ponent, 2001-2006
Encuadernación: 6 vol. en rústica, 1000 p. aproximadamente.
Imaginación épica
Las opiniones en relación a esta obra (publicada durante 7 años en 6 volúmenes) se dividen, básicamente, en dos: o la odias, o te encanta. Evidentemente yo estoy en el segundo grupo, claro. Y es que, hubo una época en la que yo prácticamente no leía nada de cómics, harto ya de leer tantas majaderías autobiográficas, estuve apunto de dejar definitivamente este insano vicio de leer tebeos. De repente el mundo del cómic en España se había llenado de autores que copiaban el estilo gráfico de otros dibujantes (¿cuántos replicantes de Andy Watson aparecieron por esa época? ¿cuántas veces nos vendieron la moto con los clones de Dupuy y Berberian?) y que basaban sus cómics en la propia vida de algunos autores que no tenían nada que contar y que se pensaban que, por alguna razón, sus experiencias vitales carentes de interés, eran dignas de llevarlas al cómic. ¡Maldita sea! caí en la trampa como un vulgar aprendiz, como si todo el tiempo y el dinero gastado en cómics durante tantos años no me hubiera enseñado nada.
Así pues, entre tanta experiencia pseudobiográfica, entre tanto ombligo mostrado sin ningún tipo de rubor, de repente aparece esta obra (el otro gran salvador de la historieta patria ha sido Luis Durán, otro narrador extraordinario). En principio recelé de ella, pero a raíz de los comentarios insistentes de un amigo, en 2003 compro el primer y segundo volumen, y entonces me di cuenta de que yo estaba equivocado con esta obra, y que el Capitán Torrezno me estaba mostrando un universo completamente nuevo para mí.
¿De qué va?
Se hace difícil contar brevemente una obra de la extensión de Las aventuras del Capitán Torrezno en unas pocas líneas. Básicamente se puede decir que un tio con unas pintas un tanto raras (Torrezno) aparece de pronto en un mundo completamente diferente (y aparentemente en miniatura, o gigante, según se mire) a aquél del cual proviene, pero con el cual guarda ciertas similitudes. Torrezno es un don nadie en su mundo real, que al parecer se dedica a ir de bar en bar, a cual más castizo, de los que hay a patadas por el centro de Madrid. Es el típico tio que está siempre pegado a una barra del bar, y cuanto más grasiento, mugriento y cutre sea, mas le gusta; y que si alguna vez hace el esfuerzo por conseguir algo, en todo caso será para coger la última aceituna que queda en el plato. Yo en realidad he conocido a varios capitanes Torrezno, alguna vez contaré algo de ésto.
El caso es que de repente despierta en ese mundo extraño, que al parecer se encuentra en medio de una cruenta guerra, sin saber cómo ha llegado hasta allí. Y consigue alcanzar la ciudad de Deeneim (cuyo nombre en realidad esconde un juego de palabras que si somos un poco avistados ya lo descubrimos en el primer volumen) cuyo asedio por parte del malvado Shogún, y defensa encabezada por el propio Torrezno (gracias a que va de casualidad en casualidad), se nos cuenta en los siguientes 4 volúmenes. En realidad durante todos esas páginas, cientos de ellas, se nos muestra delante de nuestras narices una batalla épica de dimensiones descomunales, que deja en un juego de niños el asedio del Abismo de Helm, que aparece en la película "Las dos torres", de la trilogía de "El señor de los anillos". Si te gustó esa parte de la película, las aventuras del Capitán, te van a enganchar.
El sexto y último tomo se utiliza para contar, a partir de los relatos de los compañeros de barra de Torrezno en el mundo real (supuestamente el lugar de reunión y epicentro del Torreznismo, es el bar "Denver" en el barrio de Aluche, en Madrid), cómo desapareció un buen día sin dejar ni rastro (en una especie de cataclismo "de barrio", con ciertas reminiscencias al comienzo de Akira) y se nos explica también el origen de su más peligroso enemigo, el malvado Shogún, que capitanea las tropas que atacan la ciudad de Deeneim, lo que nos permite saber que tanto uno como otro, Shogún y Torrezno, tienen un cierto paralelismo sorprendente (y hasta aquí puedo leer). Se establece así, de alguna forma, el cierre del círculo de lo que parece ser el primer ciclo épico de las aventuras del Capitán, aunque no sé si saldrá algun volumen más para iniciar así otra nueva serie (según su autor tendría ideas como hasta para 30 volúmenes más...), aunque lo dudo, debido al gran trabajo que conlleva cada uno de sus volúmenes, y la ausencia de noticias al respecto.
El sexto y último tomo se utiliza para contar, a partir de los relatos de los compañeros de barra de Torrezno en el mundo real (supuestamente el lugar de reunión y epicentro del Torreznismo, es el bar "Denver" en el barrio de Aluche, en Madrid), cómo desapareció un buen día sin dejar ni rastro (en una especie de cataclismo "de barrio", con ciertas reminiscencias al comienzo de Akira) y se nos explica también el origen de su más peligroso enemigo, el malvado Shogún, que capitanea las tropas que atacan la ciudad de Deeneim, lo que nos permite saber que tanto uno como otro, Shogún y Torrezno, tienen un cierto paralelismo sorprendente (y hasta aquí puedo leer). Se establece así, de alguna forma, el cierre del círculo de lo que parece ser el primer ciclo épico de las aventuras del Capitán, aunque no sé si saldrá algun volumen más para iniciar así otra nueva serie (según su autor tendría ideas como hasta para 30 volúmenes más...), aunque lo dudo, debido al gran trabajo que conlleva cada uno de sus volúmenes, y la ausencia de noticias al respecto.
Los títulos de este primer ciclo son:
- Escala real.
- Limbo sin fin.
- Extramuros.
- Capital de provincias del dolor.
- Los años oscuros.
Esta serie es realmente un monumento a la imaginación más desbordante, a la aventura con tonos épicos, a las maquetas que tanto nos atrajeron de niños de castillos y grandes edificios antiguos, a los amantes de los pasadizos secretos y a los que al ver una puerta cerrada al visitar un castillo, iglesia o catedral, nos hemos hecho la pregunta ¿qué hay realmente detrás de esa puerta?, haciendo que nuestra imaginación se vaya a vivir su propia vida, sin pedirnos permiso para ello. A mí me da la sensación de que Santiago Valenzuela tiene en su casa una reproduccion a tamaño 1:20 (por lo menos) de la ciudad de Deeneim, y que está loco de atar, como el prota de la película "Encuentros en la tecera fase", montándose una réplica de Deeneim en mitad del salón de su casa, y que le sirve de documentación gráfica para crear ese pequeño mundo a escala, repleto de pasadizos secretos, submundos subterráneos dentro de otros mundos (ya de por sí muy subterráneos) y misterios increíbles. Porque es que si no, se me hace dificil comprender el grado de detalle con el que consigue representar en cualquier ángulo y posición, la ciudad asediada durante casi 1000 páginas. Y sobre todo, lo hace de tal forma que la narración no decae en ningún momento, y prácticamente en cada página hay un nuevo enigma que rodea a ese extraño mundo a donde ha ido a parar el protagonista.
Y aquí, sin embargo, es donde se encuentra el punto flaco de la serie: el autor plantea sin parar nuevas preguntas, nuevos misterios sin resolver que se van amontonando tanto en la cabeza del Capitán Torrezno, como en las nuestras. Y es que Valenzuela nos abruma con tanto misterio escondido, con tanto submundo dentro de mundo, y en ocasiones, no siempre se nos da una respuesta a tanto enigma. A la solución de algunas de estas preguntas llegamos por intuición y por las pistas que va dejando el autor, pero sin embargo, otras permanecen en el aire y el hecho de que no sean respondidas nunca, puede dar lugar a la aparición de cierto sentimiento de desilusión o decepción. Sobre todo porque vamos llegando al final de la serie y vemos que no llegan nunca las explicaciones que estamos esperando. En ese sentido se parece un poco a la serie de TV "Perdidos", donde supuestamente con el final se atan todos los cabos sueltos. Aparte, el último volumen es una mezcla de relatos (algunos realmente soporíferos) y cómic, donde un periodista intenta investigar, con la ayuda de un colega de barra de Torrezno, qué paso en ese cataclismo, que hizo desaparecer a Torrezno y, de paso, a medio barrio.
De cualquier forma, he de decir que el cuarto capítulo del primer volumen, es para mí de lo mejor de lo mejor que he leído nunca en un cómic. En este capítulo se nos cuenta, a modo de génesis (nunca mejor dicho) el origen del submundo a donde ha ido a parar el Capitán Torrezno, y se nos darán las claves para entender los enigmas que ya se nos han ido presentado, así como algunos de los que nos esperan en los volúmenes sucesivos. Si este capítulo, y este volumen, no te atrapa, es mejor no seguir leyendo la serie, porque entonces vas a terminar odiando con toda tu alma al Capitán. Tengo la impresión de que Valenzuela pensaba terminar la serie en 2 o 3 volúmenes, pero que ante el éxito que tuvo, decidió, en algún momento, alargarla. La razón es evidente, en ese cuarto capítulo se nos responden a casi todas las preguntas y misterios que se plantean de forma inicial, y creo que Valenzuela lo que hizo fue ir añadiendo misterios y alargando la trama del asedio a Deeneim, aunque de tal forma que en ningún caso, por lo menos a mi, me dio la sensación de alargar "artificialmente" la historia, ya que logra mantenernos siempre al pie del cañón.
En cuanto al dibujo, Valenzuela tiene un estilo gráfico abigarrado muy particular que va mejorando con el paso de las páginas y al principio el aspecto de la obra puede echar para atrás a más de uno ya que es un estilo donde no existen las sombras o los negros, sino que el dibujo se compone mayoritariamente de rayas, dando un aspecto sucio, como de estar dibujado con boligráfo, no hay manchas, sino rallajos. Sin embargo, eso no es obstáculo para que el dibujo sea detallado y cada viñeta sea un prodigio barroco de imaginación, donde todos y cada uno de los elementos de los edificios (ya sea en vistas interiores como exteriores) son dibujados con detalle. Como digo, sin ser malo al comienzo, el dibujo irá perfeccionándose, al igual que la figura del propio Capitán, que se va "humanizando" físicamente. Pero donde el autor hace maravillas es en el diseño de la abigarrada y medieval ciudad de Deeneim, a la cual dota del aspecto de una ciudad de piedra, antigua, a camino entre el románico, el renacimiento y yo que sé que mas estilos arquitéctonicos más, en una mezcla increíble que llega a provocarnos casi el sentimiento de ir paseando por sus empinadas y estrechas calles ya sea a través de sus barrios de palacios arístocráticos (con sus soportales, bóvedas y más rico arquitectónicamente hablando) o de otros más humildes de casuchas miserables.
En definitiva, El Capitán Torrezno fue para mi un auténtico soplo de imaginación y de aire fresco, en un momento donde mi afición por los cómics bajó a sus mínimos históricos y que me permitió mantener mínimamente mi nivel de lectura, ya que prácticamente era lo único que leía. Llevo tiempo pensando en volver a leerlo, pero por un lado la gran amplitud de la obra, y por otro el miedo a que no soporte una segunda lectura, me está llevando a retrasarla. Imagino que para quien no la tiene, hacerse ahora con todos los títulos de la colección no tiene que ser fácil, primero porque son 6 volúmenes y es probable que alguno esté agotado (aunque siempre cabe la posibilidad de dirigirse directamente a la editorial -titulos-, y hacer la compra on-line) y por otro porque que el precio total de los 6 volúmenes ronda los 80 euros... y es que, amigos, ser coleccionista de cómics no sale barato.
Y si no, que se lo digan a Calamarda.
Lo que dicen por ahí
Abandonad toda esperanza
2 comentarios:
yo lo descubrí gracias al dependiente de futurama, y menudo favor que me hizo. un cómic genial.
emprende la relectura sin miedo, que yo ya he hecho la prueba.
gracias por el análisis. se lo pasaré a algún amigo.
Gracias por pasarte por aqui y comentar. Me alegro de que te gustara mi post.
Un saludo
Calamardo
Publicar un comentario