martes, 29 de marzo de 2011

Soy un ejemplo

Yo creo que una de las grandes ambiciones de cualquiera es servir de ejemplo a los demás en algún momento de su vida.

¿Quién no se ha sentido orgulloso de que su jefe le ponga como ejemplo ante sus compañeros?

- Mirad a fulanito: todos deberíais de hacer como él. Es un ejemplo a seguir para la empresa.

O que tu pareja te ponga como ejemplo ante sus amigas:

- No sólo es bueno en la cama, además es un cocinitas y me hace de comer siempre muy bien y es muy cariñoso. Es un ejemplo para los demás hombres.

O que tu hijo diga que eres un padre guay...

- Mi padre es un ejemplo para los de mis amigos, porque conmigo se porta muy bien.

A mi no me ha pasado nunca en estos tres casos, pero yo hoy he sentido esa sensacion que se tiene cuando alguien te pone como ejemplo, sea en la circunstancia que sea. Me ha ocurrido mientras yo volvía a casa y la verdad es que es algo que te hace sentir bien pues, en definitiva, te conviertes en un modelo de conducta para los demás, en una enseñanza que alguien recibe gracias a tí.

Es algo que te alegra el día.

¿Pero este chico ve por donde
tiene que llevar el coche?
Pues bien, yo venía a casa y en un cruce sin señalización ni semáforos, venía un coche de la autoescuela y al volante estaba una chica cuya forma de conducir me ha recordado a uno de mis ídolos (Fernando Alonso). Y no lo digo porque llevara el coche como los dioses, siempre por su sitio, veloz pero prudente. No. Me recordaba a Fernando Alonso porque la pobre chica, de corta estatura, iba conduciendo estirando el cuello y apenas se le veía la cabeza por encima del volante. Y eso me ha puesto en alerta.

La diosa casualidad ha querido que ambos llegaramos en el mismo momento al mismo sitio: un paso de peatones. Imagino que la chica estaba más preocupada por llegar con los pies a los pedales y asomar la cabeza por encima del volante, junto con el hecho de comprobar de que no viniera otro coche por la calle perpendicular que tenía que atravesar ella con el vehículo de la autoescuela. Se le había acumulado el trabajo, vaya. El caso es que la chica no me hizo ni puto caso, o no me vió, y siguió su camino como si no hubiera otra cosa en el mundo que hacer.

Yo, como estaba prevenido, ya había hecho mi parada obligatoria en la acera, esperarando a verlas venir.

Cuando el coche pasó a mi altura, el instructor, sentado a la derecha de la chica, me señaló con el dedo y le dice algo asi como: "Tienes que fijarte en el peatón".

Y me ha puesto como ejemplo.

lunes, 28 de marzo de 2011

Españoles en la curva del Niger: los descendientes de Yuder Pachá

Tombuctú, imagen sacada de aquí

“Donde el Sáhara termina y el Sudán comienza, sobre el codo del Níger, se halla la ciudad santa de Tombuctú, en la cual, hasta 1900, no habían penetrado más de tres o cuatro europeos. Fue en tiempos una urbe gigante y sabia, por la cual peleaban una y otra vez los pueblos del desierto y los reyes tropicales. Pues bien: allí viven desde hace casi cuatro siglos nuestros parientes. A fines del siglo XVI, un sultán de Marruecos quiso lo que parecía imposible: arrebatar Tombuctú a los tuareg. Para ello contrató gran número de españoles armados con armas de fuego, las primeras que aparecían en este fondo africano. Los soldados españoles ganaron la batalla más grande que nuestra raza ha logrado del otro lado del Estrecho, y, victoriosos, se avecindaron en Tombuctú, tomaron mujeres del país y crearon estirpes que aún perduran. Orgullosos de su origen hispano, conservaron una exquisita disciplina aristocrática, y aún representan sus familias los núcleos nobles del país. ¿Por qué, por qué no hemos ido a visitar a estos ruma del Níger, nuestros nobles parientes?”

El Sol, 12 de Marzo de 1924. José Ortega y Gasset. Citado en: Villar Raso, Manuel. Las Españas perdidas. Odisea africana de Yuder Pachá y los moriscos andaluces. Cuevas del Almanzora: Excmo. Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora, 1991.

Hay historias que tienen un gran componente misterioso y mágico, carácter que le otorga el hecho de que sus detalles se pierden en la memoria con el paso del tiempo, lo que además, le da un barniz casi de irrealidad. Rastrear en el pasado buscando datos que le confieran su verdadero estatus real algunas veces se convierte en una labor casi imposible debido a que la propia humanidad ha intentado borrar las huellas que permitan seguirles el camino, a lo que hay que sumar el olvido que genera irremediablemente el propio paso de los siglos. Suele pasar cuando en una misma historia hay vencedores y vencidos y cada uno cuenta su parte. El problema viene cuando los vencedores intentan con todas sus fuerzas borrar el rastro de los vencidos, los cuales son callados o simplemente expulsados o, en el peor de los casos, aniquilados. De esta forma, a la Historia (con H mayúscula) sólo pasa la verdad de uno de los bandos, con lo que al final, todo está incompleto pues falta una parte importante de los acontecimientos que nos permitan comprender la realidad de lo que verdaderamente pasó.

La historia que traigo hoy al blog tiene mucho de todo esto: grandes viajes de conquistas a lugares inexplorados, conquistas de ciudades de mítico y misterioso nombre, grandes gestas heróicas que parecen sacadas de leyendas, o leyendas que nacen de grandes hechos históricos, poderosos imperios perdidos en el tiempo y el recuerdo, civilizaciones ya desaparecidas que conocieron épocas de esplendor y cuyos restos hoy día no son ni la sombra de lo que llegaron a ser, costumbres y tradiciones cuyos orígenes se remontan cientos de años atrás... y como todas las grandes historias, estan compuestas de tragedias personales y humanas, aquellas que, en este caso, llevan consigo los perdedores de una guerra que duró siglos y la expulsión del que fue su hogar y el de sus antepasados.

Pongamos Fondo de Bikini en el mapa: Cuevas del Almanzora
En mi jerga calamarda, yo provengo de un pueblo de Almería que se llama Fondo de Bikini, que no existe como tal, claro, excepto en mi imaginación y en el imaginario de Bob Esponja. En realidad mis orígenes más inmediatos hay que buscarlos en Almería, sí, pero en un bonito pueblo llamado Cuevas del Almanzora, el cual merece ir a visitar aunque sea una mañana o una tarde. Si estás de veraneo por la zona del levante almeriense, de verdad que no pasa nada por perderte un día de baño en la playa e ir a visitarlo, seguro que te llevas una grata sorpresa.


El castillo del siglo XVI (terminado en 1506) que, gracias a Dios se ha conservado muy bien hasta nuestros días, nos habla de los mismos vientos de guerra y de fronteras entre pueblos y civilizaciones que tenemos hoy día, 5 siglos después. Qué triste.

La historia de mi pueblo es rica y abundante, y hay que buscar sus orígenes miles de años atrás (alrededor del año 2000 Antes de Cristo) ya que hay numerosos yacimientos arqueológicos que demuestran que el sureste español fue un día uno de los centros donde la civilización de la llamada Edad del bronce se desarrolló con mayor potencia, con la riquísima cultura argárica como mayor exponente.
El poblado argárico de Fuente Álamo ya nos dice que aquellas tierras fueron habitadas y habitables desde muchos siglos atrás, aunque parezca un lugar inhóspito y poco acogedor. Al fondo, casi sin distinguirse, Cuevas del Almanzora

En el museo arqueológico de Cuevas del Almanzora puedes ver algunos restos de la civilización del Bronce

La conquista de Tombuctú
Pero vamos a entrar de lleno en el objeto principal del post de hoy. Y para ello, tenemos que viajar hasta el siglo XVI, poco después de terminada la llamada Reconquista y posterior expulsión de los árabes en España (cacho de tierra que aún no se le conocía con ese nombre, claro). Después de terminada la guerra, los Reyes Católicos, como sabemos, obligaron a toda la población musulmana a someterse a sus leyes tanto civiles como religiosas, y debido a las duras condiciones que se le impusieron a los moriscos (musulmanes del Reino de Granada que fueron bautizados a partir de las leyes promulgadas en 1502 para permitirles seguir viviendo en sus hogares) éstos se levantaron en armas en lo que vino a llamarse Rebelíón de las Alpujarras entre 1568 y 1571.

Una vez que esta rebelión fue sofocada en 1571, los moriscos andaluces fueron obligados a dispersarse por tierras de la Corona de Castilla para evitar otra sublevación similar. Por estas tierras fueron vagando, imagino que bajo el yugo de los que les vencieron por dos veces (1492 y 1571) hasta que todos los moriscos españoles sin excepción, como digo, casi todos andaluces, fueron expulsados de la península en 1609, en lo que es uno de los hechos mas tristes y vergonzosos de la historia de España.

Pues bien, entre ese grupo de moriscos que fueron obligados a deambular por media España, para luego ser expulsados sin piedad, se encontraba el protagonista de nuestra historia: Yuder, un joven paisano mio que fue a dar con sus huesos a mi pueblo,o bien era originario de Cuevas (este punto no lo tengo del todo claro, lo que sí es cierto que a Yuder se le conocía como originario de Cuevas -"del Almanzora" fue un añadido al nombre del pueblo que se produjo a principios del siglo XX, cuando Cuevas se convirtió en un pueblo riquísimo debido al descubrimiento y explotación de grandes minas de hierro). Según una investigación llevada a cabo por un ex-alcalde del pueblo, el nombre cristiano de Yuder era Diego Guevara (nacido alrededor de 1560), pero no tengo claro que dicho trabajo de investigación sea todo lo riguroso que debiera haber sido, aunque es una teoría que más o menos ya está extendida y aceptada.

Según parece, en algún momento entre 1571 (después de terminada la revuelta) y 1578 (cuando ya se tienen noticias suyas en tierras de Marrakech), en una incursión turca por las costas almerienses, fue llevado prisionero al Magreb. Hay quien data este hecho el 28 de noviembre de 1573, e imagino que tendrá algo de verdad, no lo sé. Hay que ponerse en la piel de aquellos hombres, también de los moriscos expulsados, los cuales perdieron todo lo que tenían, sufriendo un desarraigo terrible, dejando atrás toda una vida para comenzar, en la miseria, otra quizá aún más penosa. Porque no hay que olvidar que estos moriscos, odiados en la Corona de Castilla y totalmente repudiados, que se habían convertido al cristianismo de forma totalmente obligada (pero que nunca llegaron a ser considerados como cristianos reales) llegaron a tierras musulmanas donde fueron recibidos precisamente como traidores pues renegaron de su fé al Islam y abrazaron una religión que, entonces y ahora, sigue siendo considerada como enemiga. Tuvo que ser algo horrible para ellos.

Una vez en tierras del Magreb, el joven Yuder, el cual volvió a abrazar la religión musulmana, obviamente, parece ser que fue haciéndose un hueco gracias a victorias militares dentro de la sociedad de aquellas tierras y consiguió la confianza del sultán Ahmed Al-Mansur. Yuder, ya como Pachá de Marrakech (de ahí el "Pachá" del nombre con el que nos ha llegado hasta nuestros días) es puesto a la cabeza de un gran ejercito con el objetivo de  lograr la conquista del rico imperio Songhay, más allá de los límites australes del Sáhara, y cuya capital Tombuctú, situada a orillas del río Niger (atualmente Mali) era prácticamente una ciudad inexpugnable para cualquier extranjero.

Yuder Pachá, atravesó el Sahara con un ejército compuesto por más de 4.000 hombres, y fue el primero en llevar armas de fuego atravesando dicho desierto, lo que a la postre le sirvió para alcanzar el éxito en el objetivo militar propuesto y que, como veremos más adelante, le puso el nombre a una incipiente casta dirigente de origen andalusí en aquellas lejanas tierras africanas, dinastía con unas tradiciones de origen andaluz y que aún perdura a duras penas.

Según un pequeño texto de la Wikipedia, la gesta de Yuder Pachá y sus hombres puede contarse más o menos así:

Yuder Pachá atravesó el Sáhara junto a sus hombres, y ya a las puertas de la Curva del Níger, se enfrentó en Tondibi (al este de Tombuctú y no lejos de Gao) a 40.000 hombres askia comandados por Askia Ishaq II de Gao. El ejército de Pachá, mermado a la mitad tras la larga travesía, se colocó en dos flancos, a la izquierda los andalusíes y a la derecha los europeos. En el centro, Yuder Pachá comandaba las tropas con la caballería en retaguardia y el río Níger a sus espaldas. Por su parte, el ejército de los askia se dividía en 9.000 infantes encadenados para no poder huir, 12.000 lanceros y otros varios miles de arqueros. La victoria, nada sencilla, fue para los invasores, que contaban con la enorme ventaja de contar con armas de fuego (lo cuál les valdría el apelativo de los "arma" en la región durante todos los siglos posteriores). Ishaq II intentó contrarrestar esta ventaja enviando rebaños de bueyes contra los andalusíes, que sin embargo se volvieron en estampida contra los askia, espantados por el estruendo de cañones y arcabuces.
Yuder se adueñó así de la legendaria Tombuctú, capital del Imperio songhay, el actual Malí, pero no obstante no mantuvo mucho tiempo el cargo. Fue condescendiente con sus enemigos, perdonó la vida de Ishaq II y sólo despojó de sus riquezas a los nobles, respetando las prerrogativas comerciales de la ciudad. Y, en cualquier caso, quedó defraudado al comprobar la austeridad de la misma. El oro únicamente transitaba por ella, proveniente de minas situadas mucho más al sur. Tras fundar el bajalato, Ishaq II ofreció a Yuder diez mil piezas de oro y mil esclavos si abandonaba la ciudad. Éste estaba decidido a hacerlo, y, al sospechar al-Mansur, fue destituido y reemplazado por pachás efímeros enviados por Marrakech, tras los cuales siempre Yuder mantuvo la autoridad, asesinando incluso a algunos de ellos.
La conquista de Tombuctú ha sido comparada por muchos historiadores e investigadores extranjeros como una gesta igualable a la del descubrimiento de América. Es curioso que ambos hechos casi coincidieran en el tiempo y uno casi piensa que es casi normal que en España la gesta de Yuder Pachá haya sido algo prácticamente desconocido pues, como ya hemos comentado, la conquista de América fue llevada a cabo por la parte vencedora de la guerra de Reconquista, mientras que Yuder no dejó de ser un morisco que vivió en sus carnes la derrota y expulsión de su propia tierra. El caso es que la conquista del imperio Songhay por Yuder es un acontecimiento más conocido fuera de nuestras fronteras, sobre todo en Francia, ya que Tombuctú fue territorio colonial francés durante los siglos XIX y XX.

Pero ¿qué pasó con Yuder después de la conquista de Tombuctú? pues más o menos podemos imaginárnoslo ya que es algo común a todos aquellos que terminan convirtiéndose en las marionetas de quien tiene el poder en tiempos convulsos:

El 17 de Agosto de 1599, al-Mansur destituyó a Yuder Pachá y lo reemplazó por Mahmud ben Ali Ban Zarqun, de Guadix (Granada), regresando a la corte de Marrakech el 25 de Marzo de 1599, conminado por el rey saadí al-Mansur para que le ayudase en las tareas de gobierno, dado que sus tres hijos le disputaban el Imperio. Después de varias negativas, al-Mansur requirió su presencia.

Regresó a Marrakech con una caravana de presentes y regalos para al-Mansur, que falleció en 1603. Yuder Pachá murió en 1605, en las intrigas palaciegas que por el trono entablaron los tres hijos de al-Mansur, aunque según otras teorías, fue decapitado por un sucesor de éste por traición. Se dice que está enterrado en una de las tumbas de la familia real saadí, en el palacio al-Badi, al que siempre estuvo ligado.
A Yuder Pachá, que fue Caid de Gao, le sucedieron en Tombuctú 120 pachás hasta 1750 .
Los Arma
La llegada de estos moriscos a tan lejanas tierras y su victoria militar, hizo posible que se creara un nuevo escalafón social, una nueva clase privilegiada, que mantenía sus raíces y algunas tradiciones andalusíes, logrando que algunas palabras de origen castellano hayan perdurado en el tiempo. Para mí es un hecho muy estremecedor y emocionante, ya que este notable esfuerzo por mantener vivas sus raíces andaluzas demuestra lo que para ellos tuvo que significar la expulsión de lo que ellos consideraban su propio país, y posiblemente es una prueba de las esperanzas que mantenían, más o menos intactas, por volver a lo que ellos pensaban que era su hogar. La verdad es que no deja de tener un componente trágico y tristísimo terrible, porque en realidad no sólo no volvieron nunca ni se olvidaron jamás de nosotros, sino que aquí cayeron en el más profundo de los olvidos.

Pues bien, esta clase dirigente nacida a raíz de la llegada de los moriscos andaluces comandados por Yuder Pachá (el cual no dejó descendencia pues era un eunuco), se le conoció (y se le sigue conociendo) como "Los Arma", en clara alusión a lo que en su día debía ser su grito al entrar en la batalla "A las armas...". No olvidemos que fueron los primeros seres humanos que llegaron a tan recóndito y lejano lugar con armas de fuego, y la importancia que tuvo este hecho en la victoria final. No es de extrañar que la herramienta que les puso la victoria en la mano les sirviera también para dar el nombre a esa nueva clase social dirigente ante los ojos de aquella gente, que veían por primera vez ese tipo de artilugios.

Cuatro siglos después de la llegada del morisco Yuder Pachá, a los conquistadores granadinos, los Armas, mantuvieron un imperio andalusí en la Curva del Níger en las ciudades de Tombuctú, Gao, Bamba y Djenné.

En 1737 serían derrotados por los tuaregs en la batalla de Toya, que tomarían Tombuctú, manteniendo su señorío y la dominación de los andalusíes se prolongó hasta 1827-1833, en que fueron derrotados en Diré por la etnia de los Peul, que aprendió el arte de hacer la guerra con armas de fuego, como en 1591 hiciera Yuder Pachá y ya, con la llegada de los franceses en 1893, se inició el declive de los andalusíes en la Curva del Níger y el fin de la época de esplendor de Tombuctú.
(...)

Hoy, la Curva del Níger está habitada por unos 30.000 Armas, de los que unos 10.000 son descendientes directos de los moriscos granadinos, según cuenta Manuel Villar Raso, catedrático de la Universidad de Granada, que escribiera la novela “Las españas perdidas”, en la que recoge las experiencias de Yuder Pachá. En las obras “Andalucía en la Curva del Níger” se recogen los estudios de un grupo de investigadores granadinos en esta zona y "A la conquista de Tombuctú - Yuder Pachá (1590 – 1591)", de José Prieto se narra la figura del explorador español olvidado.

Los Armas del Níger están hoy divididos como antaño, en tres tipos de familias: la familia marroquí o “larabu”, la familia de los descendientes de los antiguos mercenarios o “aluchi o layully” y la familia andalusí, siendo la primera la más numerosa y el liderazgo moral y social lo ejerce la familia andalusí, siendo una honra tener un antepasado andaluz en la genealogía que todas las familias poseen.
 
Yuder Pachá hoy
No sé realmente cuando oí hablar de Yuder Pachá. Imagino que cuando era un niño, algún profesor me contó su historia, que se me quedó grabada a fuego. Poco a poco he ido conociendo más detalles de aquella gesta y de mi ilustre paisano. Afortunadamente, en las últimas dos décadas se ha producido un importante trabajo de recuperación y sobre todo de divulgación de la vida de Yuder. Sin embargo, para la mayoría de mis paisanos imagino que sigue siendo un desconocido.

Hace años un profesor de la Universidad de Granada que se topó con esta historia, escribió una novela donde narró la gesta de Yuder Pachá y la conquista de Tombuctú. El libro en sí no es gran cosa, a mí por lo menos me resulta un poco farragosa la forma de narrar que tiene el autor, pero los gustos van por barrios. En el año 1991 se publicó una nueva version de la novela ampliada donde se contaban algunos pasajes de Yuder durante su infancia antes de que llegara a África. Imagino que esta parte fue algún tipo de imposición por parte del Ayuntamiento, que fue quién editó esta nueva edición. De cualquier forma, apenas hay nada documentado de la vida que llevó Yuder en Cuevas, así que todo está contado de forma novelada. El libro puede descargarse en el enlace que hay justo debajo de la cita de Ortega y Gasset al principio de este post, ya que el propio autor lo ha puesto disponible para descarga directa desde su web.

Por otra parte, imagino que conocer la sorprendente aventura de Yuder Pachá fue una de las razones por las que el libro y el cómic de "En busca del unicornio", me gustó tanto, ya que las similitudes entre ambas historias son muchas.

Desde hace unos años, en el pueblo hay un pequeño y bonito rincón que lleva su nombre. Supongo que para la gran mayoría de Cuevanos el nombre de esa plaza le dice poco a nada, pero bueno, ahí está por lo menos el recuerdo a tan ilustre e importante antepasado. Incluso en las circunstancias que rodean a esta plaza hay una curiosidad. Ya sabemos de los orígenes moriscos de Yuder, de su conversión al cristianismo y luego su vuelta al Islam, ya en tierras africanas. Pues resulta que en la plaza que hoy lleva su nombre hay un pequeño monumento a la Cruz del Cristianismo, siendo además el lugar donde se encuentra la residencia del párroco del pueblo, con la bandera del Vaticano en la misma puerta. No sé si la elección de este lugar fue hecha como una especie de acto de "conciliación" para intentar unir dos religiones tan encontradas durante siglos, imagino que no. Como suele pasar en estos casos, supongo que nadie reparó en que Yuder Pachá era morisco represaliado y que en tierras del Magreb volvió a la fe musulmana. Y si alguien se dió cuenta, pues le daría igual.

Estas fotos de la plaza me las ha enviado la artista conocida como Noara:





A mí, despues de tantos y tantos años conociendo su historia, aún me parece sorprendente el lazo que a través de casi 500 años se ha creado entre mi pueblo y unas lejanas tierras en el mismo corazón del África negra, donde fueron a parar unos desterrados a los cuales se les quitó todo lo que tenían y que, a pesar de todo, siempre mantuvieron viva la esperanza de volver al hogar del que fueron cruelmente expulsados y en donde ya nadie, apenas, se acuerda de ellos.

jueves, 24 de marzo de 2011

lunes, 21 de marzo de 2011

Cómics que me gustan: El almanaque de mi padre

Título: El almanaque de mi padre
Autor: Jiro Taniguchi.
Editorial: Planeta de Agostini, 2008
Encuadernación: 1 vol, en cartoné, 272 pag.

"Cuando pienso en mi pueblo...siempre me viene a la mente la misma escena. Era a primeras horas de una tarde de principios de primavera. Yo todavía era pequeño y jugaba sentado en el suelo de la barbería de mi padre. El suelo inundado de sol era cálido y acogedor. Yo recuerdo aquel momento como el más feliz de mi infancia".

Con este texto de entrada, acompañado de unas imágenes evocadoras, comienza uno de los cómics más intensos y emotivos que he leído nunca. El mundo del cómic, en la eterna búsqueda de obras maestras que reivindiquen su posición en el mundo del arte, siempre pone este título en la cesta de "obras imprescindibles del cómic que demuestran que es un medio digno de contar cualquier tipo de historia". Y en cierto modo es verdad, pero a fuerza de aplicarlo de forma genérica es un argumento que poco a poco va perdiendo intensidad. El cómic tiene que ser un medio lo suficientemente maduro como para aportar continuamente obras de calado sin necesidad de estar reclamando un poco más de atención por parte de los demás, y ésta es una las patas cojas y rotas de este mundillo.

El caso es que en su día, este cómic mostró en España la otra cara del cómic japonés, el manga, ya que hasta ese momento la práctica totalidad del cómic proveniente de aquel país se basaba en la violencia y en uso de viñetas con contenido explícito en sexo cuyo principal destinatario eran los lectores adolescentes. En realidad, Japón es un mundo donde el cómic ha tenido, y sigue teniendo, un gran calado popular, y el manga que llegó a nosotros a mediados de los noventa no fue sino una simple avanzadilla de la enorme variedad temática y de estilos que allí se publica. Con el paso del tiempo el propio mercado del manga fue madurando y se han creado diversas "líneas" o tendencias (clonando el enorme mercado japonés, pero a escala nacional), cada una con su público, y fue dejando atrás su etiqueta de cómic ultraviolento con alto contenido sexual para adolescentes que tanto le gustaba a los medios de comunicación vocear a los cuatrovientos cuando el manga llegó a España (y hay que decir que lo hicieron muy bien, pues después de tantos años es una coletilla que aún perdura). Además, este cómic nos presentó al que es un autor hoy día totalmente consagrado y admitido sin ningún género de dudas como uno de los grandes.

En el año 2006, yo era el que coordinaba una pequeña sección de cómics en un portal especializado en bibliotecas, y le pedí a un experto en el tema que me escribiera unas líneas sobre el fenómeno manga, y que lo hiciera teniendo presente el tipo de usuario de ese portal: biblitotecarios que, seguramente, no tenían ni idea de lo que era el manga, y si acaso tenían algun conocimiento previo, seguramente serían prejuicios en relación a las leyendas que rodean el cómic de origen nipón. El resultado fue un pequeño texto introductorio donde se explicaban esas tendencias y que te recomiendo que le eches un vistazo si quieres saber algo más sobre el mundo que rodea a la publicación de mangas.

En realidad, la obra que me toca comentar hoy no tiene nada que ver con la violencia ni el sexo, y sí con el mundo de los sentimientos y las emociones, y es en este campo donde un autor como Jiro Taniguchi gana por goleada. Sus obras tienen una sensibilidad especial a la hora de tratar ciertos temas y prácticamente cada nuevo título es sinónimo de altísima calidad. Yo comparo a Taniguchi con Scorsese en el cine: es capaz de contarte muchas veces la misma historia y con el mismo protagonista y, aún a pesar de eso, te sigue enganchando y sorprendiendo cada vez más. Bueno, yo a eso lo llamo talento en estado puro. Hay gente que tiene ese don especial, y es una de las cosas que yo más envidio, el talento para contar historias o hacer algo que provoque emociones a la gente: puede ser un cómic, una película, un dibujo, una foto, una canción... lo que sea.

En este caso, se nos cuenta una historia que tiene tintes autobiográficos pero imagino que dramatizada en el sentido de meter más elementos de ficción que dieran consistencia a la obra. "El almanaque de mi padre" narra la historia de Youichi, que lleva varios años fuera de su pueblo, al que vuelve porque le comunican la muerte de su padre, con el que no se hablaba desde hacía mucho tiempo y con el que no llevaba una buena relación desde el divorcio de sus padres. Youichi, sin ninguna ganas de volver a los lugares donde se desarrolló su infancia, al final decide ir al velatorio de su padre movido más por la insistencia de su mujer que por sus propios deseos. Allí se reencontrará con sus familiares que lo reciben con los brazos abiertos a pesar de todo, los cuales le irán descubriendo poco a poco nuevas facetas de su padre, una cara que él desconocía y que le abren los ojos a una realidad y a un hombre al que Youichi realmente desconocía pues siempre le dio la espalda.

Por qué me gusta
La verdad es que son muchos los puntos con los que este cómic me enganchó y, en cierta medida, me ví (o me he visto) reflejado.

En primer lugar, yo creo que todo aquel que se ha ido de casa en un momento dado para iniciar sus estudios universitarios se verá un poco representado en este cómic. No me refiero a irte de tu casa para irse a un piso de estudiantes en otro barrio de tu ciudad, y que vuelves a casa siempre que necesitas que tu madre te prepare comida para la semana, no. No me refiero a ese tipo de pijadas. Hablo de esa sensación de desarraigo y cierto abandono que se produce cuando te vas del nido porque te toca vivir tu vida, con lo que todo ello representa, y con esa especie de ruptura que se produce con los que se quedan en el pueblo, y el peligro de que esa brecha que se abre, sea cada vez más grande. También muchas veces ocurre que queremos dejar atrás esa vida anterior para iniciar otra realmente nueva y, quizá, esa sensación de volver al pueblo represente en ocasiones un reencuentro con un pasado al que no se quiere regresar.

En el caso de "El almanaque de mi padre" (que por cierto yo creo que hubiera sido más correcta una traducción del tipo "El diario de mi padre" -es la impresión que tengo-), el protagonista se va de casa con la idea de no volver más, o por lo menos de dejar atrás su vida anterior. En realidad, Youichi lo que quiere es escapar de su propia familia, y más concretamente de su padre. Y aquí, yo creo, está uno de los puntos fuertes de esta historia, y que realmente uno comprende cuando se va haciendo mayor, forma una familia y tiene hijos: que el padre y la madre, además de ejercer como tales, son también una pareja que entre ellos mantiene una relación sentimental, con las dificultades que esto conlleva por sí mismo para mantener un equilibrio precario. Y este plano de la historia es el que los hijos no suelen (solemos) tener en cuenta y que Taniguchi retrata con tanto estilo como delicadeza.

Así pues, Youichi irá descubriendo esa faceta de sus padres, junto con otras, contada por boca de sus propios parientes, haciéndole ver detalles que pasaron desapercibidos a su mirada de niño pero que ahora, con el transcurso del tiempo y la llegada de su madurez, comprenderá sin problemas. Además, esa comprensión le dejará, irremediablemente un poso muy amargo de arrepentimiento. Porque ésa es otra de las lecturas que deja este "Almanaque de mi padre": el hecho de si en nuestro trato con nuestros progenitores hemos sido lo justos que deberíamos haber sido, y la necesidad de reconocer los esfuerzos y sacrificios que nuestros padres y madres han tenido que hacer para sacarnos adelante. Porque otra cosa no, pero hay que ser conscientes de que durante la infancia podemos llegar a ser bastante egoístas (y qué decir de la adolescencia...).

Y hay un diálogo que refleja perfectamente este sentimiento. Cuando Youichi se va del pueblo a estudiar a la gran ciudad, deja su querido perro Koro al cuidado de su padre, perro al cual ya no le hizo ni caso a pesar del gran cariño que le tenía. Durante el velatorio, su tio le dice unas palabras que resumen perfectamente el espíritu de este gran cómic:

"¿Quien piensas que se encargó de Koro cuando tú te fuiste? Tu padre. ¿Y sabes por qué? Cuidó de Koro con cariño para que, en cualquier momento que volvieras, te llevaras una alegría. Cuidó del perro que tú abandonaste"


Y la verdad es que no sólo a Youchi se le hace un nudo en la garganta al llegar a esta página.



martes, 15 de marzo de 2011

Panko: rebozados PER-FEC-TOS

La verdad es que en la cocina suelo ir buscando siempre nuevos productos y nuevas recetas para que, dentro de mi limitadísima experiencia, yo pueda experimentar a ver si me salen bien las cosas conforme uno va aprendiendo nuevas técnicas y amplía sus horizontes. Más de una vez se me ha metido en la cabeza probar recetas exóticas a ver si me salen bien y suele pasar que cuando las hago, y he visto que he conseguido lo que quería, pues me olvido de ellas.

También me gusta sumergirme en las tiendas de productos no habituales en nuestra gastronomía, como las tiendas de alimentación para árabes, donde entras en un mundo totalmente diferente de sabores y olores, ya que las especias y las hierbas aromáticas predominan sobre todo lo demás.

También son interesantes las tiendas de alimentación especializadas en productos chinos, los cuales me dan un poco más de reparo pues la comida asiática no es un tema en el que yo esté puesto, y aunque tambien tienen unos sabores y olores muy especiales, no me son tan conocidos y por lo tanto soy un poco mas rehacio a usarlos. No es por nada, es simple desconocimiento sobre cómo prepararlos y cómo comerlos. Imagino que con el tiempo este punto se solucionará, sin lugar a dudas.

En este sentido, vivir en Madrid es un lujo, pues tienes de todo a mano. Algo bueno debe tener vivir en una ciudad de mierda como ésta, digo yo.

Pues en ésas estábamos cuando, en algún momento, escuché oir de un producto llamado panko. El panko es una especie de alternativa (y qué alternativa) para los rebozados de pan rallado de toda la vida que se hacen por aquí. Según he leído por internet es un producto japonés, compuesto de pequeñas migas de pan secas o deshidratadas que le otorgan al rebozado un sabor diferente y mucho más crujiente, y sobre todo: más ligero. Su apariencia es la de pequeñas escamas o migas de pan seco, que me recuerdan a la textura de algunos purés de patata de los que venden en sobres.

La forma de hacer este rebozado es la misma que con el pan rallado tradicional: primero se sumerge la pieza en huevo batido y luego se la pasa por el panko, hasta que quede completamente cubierta. Yo lo hago dos veces: paso por huevo, panko, vuelvo a pasar por huevo, y de nuevo por panko. Luego se fríe en abundante aceite caliente y a disfrutar.

Por lo que parece, en la cocina asiática se usa sobre todo para mariscos y pescados, pero yo lo utilizo para rebozar pechugas de pollo para hacer ensalada césar (un día daré la receta de esta exquisita ensalada) o para hacer crujientes y jugosísimos nuggets de pollo, que tanto le gustan ahora a la pequeña Calamarda. Porque el panko es ideal para carnes tiernas, por lo que no creo que sea buena idea rebozar filetes de cerdo o de ternera, pues son carnes más duras donde no se va a disfrutar del todo la consistencia que le otorga el panko al rebozado. O por lo menos esa es mi impresión.



Desde luego, en mi casa los rebozados de pollo a partir de ahora se harán con este pan seco japonés, sin ninguna duda. Eso sí, hay que ser conscientes de que es un producto bastante más caro que el simple pan rallado que se vende habitualmente, y además no es algo fácil de encontrar.



Pero es lo que hay.

domingo, 13 de marzo de 2011

Nueva serie en TV protagonizada por Toni Cantó

La 'Vida loca' de Toni Cantó, Esther Arroyo y Lolita Televisión elmundo.es

La verdad es que el representante del actor Toni Cantó debe ser la caña, un crack de proporciones bíblicas.

Porque si no, no es comprensible que un actor como él siga saliendo en series de TV sin parar.

En una labor de investigación de primer nivel, hemos conseguido infiltrar un becario de "SoyCalamardo" en las oficinas de dicho representante, y hemos obtenido un un documento de valor incalculable, extraído del propio book, del actor.

Aquí tenéis esta maravilla:

sábado, 12 de marzo de 2011

La inspiración

Muse, Alphonse Mucha
Decía Picasso que "La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando".

He de decir que a mí me pasa eso, que la inspiración viene a visitarme cuando estoy trabajando.

Lo malo es que se entere mi jefe.

jueves, 10 de marzo de 2011

Y sigue la fiesta....

José Ignacio Echeverría: "El Metrobus no existe" · ELPAÍS.com

Resulta que este tío es el consejero de Transportes, responsable del servicio de Metro de la Comunidad de Madrid.


¿Cuándo va a parar ésto?

Travis: cantando al optimismo

Hoy traigo un grupo de esos que no sabes que existen hasta que de repente te das cuenta de que has visto varios vídeos musicales suyos en la tele y reparas que todos ellos te han gustado. Además, suele pasar que muchas canciones las escuchas en la radio cuando vas en el coche y no te has percatado del nombre del grupo, pero de repente te fijas en que esa musiquilla te esta diciendo algo y te toca la fibra sensible. Como cuando el médico te da con un martillito en la rodilla para medir tus reflejos y la pierna se mueve sola, sin tu control. Pues con la música igual, hay canciones que son capaces de provocar un acto reflejo que no puedes controlar. No es que te hagan mover la pierna (bueno, algunas sí), sino que te emocionan por alguna razón, que es a donde quiero llegar.

El caso es que el otro día viniendo en el coche de traer de clases de inglés a la pequeña Calamarda (hay que hacer todo lo posible para que salga de la mediocridad en la que se ha instaurado su padre) iba yo escuchando la radio y pusieron una canción de estas que te llega. Y uno el poco inglés que sabe no va más allá de library, teacher, table y algún que otro insulto. Y con eso se va a pocas partes.

La historia está en que tuve que aminorar un poco la marcha para ver si terminaba la canción antes de llegar al garage y la chica decía el nombre del grupo para luego, bajarme la cancion, el disco, su discografía entera, o lo que fuera necesario, de Internet. Y así fue. Y de repente al decir el nombre del grupo me doy cuenta de que estoy ante uno de esos casos de: ¡coño! ¿por qué no tengo nada de esta gente si todo lo que he escuchado en la radio o en la tele me gusta?

Y dicho y hecho: ahora me estoy bajando su discografía completa.

El grupo se llama Travis, y son escoceses. Yo a los ingleses les tengo una tirria muy gorda desde lo que paso con Fernando Alonso y McLaren en 2007, y de hecho el año pasado le dediqué un post muy querido por mí a este grupo de gente tan fantástica. La verdad es que esa foto resume perfectamente todo lo que yo pienso y siento por esta gentuza hipócrita, ahí queda eso. Pero eso no quita que de vez en cuando salga algún grupo que suena bien.

En este caso, Travis hace una música sencilla, sin florituras, pero le da un toque meláncolico a sus canciones que consigue que quien las escuche reciba el mensaje, a pesar de que ellos cantan en su idioma nativo y yo, como he dicho, apenas se decir cuatro cosas mal dichas. Además, sus vídeos suelen tener también un toque especial, lo que unido a sus melodías (y por lo que veo sus letras) producen una especie de subidón, por lo menos en mi caso con esta canción.



La primera canción que escuche de este grupo también esta en la línea:



Y un vídeo especialmente bonito, por lo menos para mí, y que consigue que siempre termine de verlo con una sonrisa en la cara, es este:


Travis - My Eyes por joecole_14

Espero que os guste, si es que alguien se pasa por aquí y lee esto (joder, que aparte del post dedicado a la Muerte y desaparición de Irvine y Mallory, tengo otras cosas...).

No se si escuchar un disco suyo entero puede producir efectos contradictorios.... estoy en ello. Pero por ahora la cosa pinta bien.

Aaaaaaaaaaaaadios

domingo, 6 de marzo de 2011

Mi sentido arácnido

Definitivamente mi sentido arácnido está totalmente reactivado.

En los cómics, Spiderman tiene un sexto sentido especial, propio de sus poderes especiales de superhéroe, que le avisa cuando un peligro acecha y le hace ponerse alerta. A mi, desgraciadamente, no me avisa de los peligros ni de los jardines donde me meto (y si lo hace, no le hago ni puto caso), pero me es muy útil para otros aspectos de mi vida, principalmente en lo que se refiere a mi faceta de coleccionista.

Uno tiene aficiones que no son nada especiales, pues son muy típicas y tópicas, pero lo que sí son es caras. Me gusta leer tebeos, me gusta jugar con mis consolas y me gustan las maquetas. El tema de los precios en mis juegos para mis chicas (Wii, PSP y PS2) lo he conseguido solucionar gracias a unas cosas que se le ponen y/o instalan y hace que funcionen con "copias de seguridad". Y no, no tengo remordimientos de conciencia: por mi adsl (el cual tengo por motivos de trabajo) pago un cánon, el disco duro de mi ordenador pagó un cánon, mis DVD que compro pagan un cánon, mis unidades de USB y tarjetas de memoria, igual, pagan su correspondiente cánon. Me siento totalmente legitimado a bajarme todo lo que me da la gana.

Y punto.

Además, ni de coña me hubiera comprado todo lo que me he bajado, entre otras cosas porque los juegos que me bajo suelen ser antiguos. Un ejemplo: hace unas semanas le puse el chip a mi PS2 que compre hace unos 4 años. Durante ese tiempo me compré para esta plataforma 10 juegos (a uno de ellos ni siquiera le he quitado aún el plástico protector), o sea, que no soy un comprador habitual de este tipo de productos, porque me suelo contentar con poco. En estas semanas que la tengo con el chip me he bajado otros tantos, pero que no están disponibles en tiendas. De hecho son tan antiguos que hasta me ha costado mucho encontrarlos en Internet. Es decir, que mi influencia en la crísis del sector (si es que la hay) es nula. No es una excusa, es un hecho.

En cuanto a los cómics, compro todo lo que quiero y me dejan, me gasto un pastizal, y mi presupuesto (mucho y casi ilimitado por ahora) en ocio se va casi todo en ellos. Es un producto caro y aunque conozco muchos sitios de donde bajarlos escaneados, no es algo que me guste, ya que me considero un poco "bibliófilo" y me gusta tener el cómic entre mis manos. Solamente he leido un cómic en mi pantalla de ordenador y fue porque no es una obra que se haya editado en España. Y la verdad es que me costó mucho terminarlo pues no terminaba de acomodarme a este sistema de lectura.

Evidentemente no tengo tiempo para todo y en cuanto a las maquetas, mi afición deriva hacia aquellas que ya vienen montadas o que requieren un mínimo de montaje y no hay que pintar. He de decir que se me da bien montar y pintar maquetas, algo que hice en el pasado con bastante buenos resultados, pero no dispongo del tiempo necesario para hacer ese trabajo. Como tampoco tengo dinero para todo, en cuanto a las maquetas no suelo gastarme mucho dinero y han de ser precios mas o menos asequibles y compatibles con mi afición comiquera.

Y aquí es donde entra en juego mi sentido arácnido.

"En ocasiones veo muertos", le decía el niño a Bruce Willis en la película aquella. Pues bien, yo muertos no veo, por ahora, pero creo que escucho voces que me llaman. Esto de por sí ya es problemático y preocupante, pero si tenemos en cuenta que esas voces que yo escucho provenien de objetos inanimados que no tienen capacidad física (ni parapsicológica) para emitir sonidos o cosa que se le parezca, el asunto no deja de ser, como mínimo, curioso. Lo que quiero decir es que los cómics me hablan y me llaman cuando están en las estanterias de las tiendas. El alcance de esa llamada no creo que sea mucho, apenas unos pocos metros, pero ¡coño! teniendo en cuenta que escucho voces provenientes de objetos inanimados, la cosa de por sí ya es un logro, que tampoco soy una antena parabólica.

Como decía, mi sentido arácnido funciona en otros aspectos de mi vida aparte de mi faceta multicoleccionista, pero es aquí donde lo tengo más desarrollado. Me dí cuenta que lo tenía durante mi formación universitaria en Granada y Málaga donde fui desarrollándolo con bastante habilidad durante las ferias de libro antiguo, segunda mano y ocasión que se llevaban a cabo en esas bonitas capitales andaluzas. Porque he decir que hay ciudades donde el calificativo "de segunda mano y ocasión" áun se utiliza para indicar que es posible encontrar chollos a buen precio. Por ejemplo, en Madrid no significa eso. Si tu ves una tienda que pone "Libros de segunda mano y de ocasión", lo que en realidad quiere decir es: "Mierda antigua a precios desorbitados". Es conveniente saberlo, porque te puede pasar como a mí y te sientas estafado en más de una ocasión. Hasta que aprendas. En Madrid los chollos (en cuanto a libros o cómics serefiere) has de buscarlos bajo otra nomenclatura: "Saldos" o "restos de colecciones", "descatalogados"... aquí es donde debes buscar, amigo. Algún día hablaré de esto.

Pues bien, en mi periplo universitario granadino, que fue donde se originó mi pasión por los cómics (ver la etiqueta "Comicteca", aquí a la izquierda), me dí cuenta de que tenía cierta habilidad para descubrir puntos "calientes" más allá de los círculos habituales de distribución de cómics. Primero descubrí los puestos de libros en las ferias del libro antiguo y de ocasión, que son una verdadera mina para encontrar material descatalogado en provincias. En ellos es frecuente encontrar un rinconcito donde poder bucear entre montones y montones de volúmenes amarillentos hasta encontrar lo que uno busca (y descubrir de donde provienen las voces, en realidad) a precios muy competitivos. Así he encontrado grandes tesoros, como mi coleccion de cómics "Leyenda de los pueblos olvidados", una obra maestra y que fue la primera vez que me dí cuenta de que poseía el Don.

Luego esa capacidad para encontrar cosas interesantes fue creciendo, y me permitió, con una simple ojeada, saber si en un kiosco, o una tienda, ubicados en algún callejón o calle secundaria (son las que mejor juego dan), contenía algún tesoro oculto. Así fue como descubrí, un buen dia, cerca del piso que compartía en algún momento con alguien, una tienda miserable donde localicé cientos de cómics de la editorial Bruguera a un precio irrisorio, en una callejuela cerca de la parte antigua del Hospital Universitario San Cecilio, en lo que por aquel entonces era un inmenso solar desocupado en todo el centro de la capital granadina, muy cerca de la plaza de toros. Recuerdo que esa tienda me estuvo llamando mucho tiempo, hasta que me decidí a entrar, y cuando lo hice, fue como entrar en la cueva de Alí Babá: montones y montones de cómics de todo tipo y pelaje amontonados unos sobre otros. Navegar por aquellas montañas de papeles me llevaría su tiempo, pero poco a poco conseguí desbalijar la tienda (o mi menguada cuenta corriente, según se mire) y creo que supe extraer de aquellas pilas de libros lo más interesante. Por lo menos para mí.


La tiendecilla estaba al pie de esa pequeña escalinata, en donde antes había un descampado a la izquierda, y ahora hay un ejemplo de un TPUA (Típico Pelotazo Urbanístico Andaluz), cortesía de Google Street View. Esas dos señoras no sé quiénes son

Y mira que a mi me cuesta, que después de cinco años llendo al mismo frutero no sé ni como se llama, pero al final, con tanto ir y venir, hice amistad con el dueño, claro. Me contó que todo ese cúmulo de libros, cómics y novelas, las había conseguido de saldo cuando los fondos de la gran Editorial Bruguera fueron vendidos por cuatro perras y la empresa fue desmontada poco a poco. Parece ser que le dijeron que todo lo que cupiera en la "frogoneta" se lo podía llevar. Lo que así hizo. Imagino que la tienda, no recuerdo ahora, vivía de la venta de la prensa diaria y de revistas, y desconozco si sigue abierta o no. El caso es que poco a poco fuí haciéndome con casi todo lo que me gustaba, y aquellos volúmenes pasaron de coger polvo en una oscura tienda granadina, a coger polvo en las estanterias de la casa de la Señora Tentáculos en Fondo de Bikini, donde descansan plácidamente desde hace por lo menos 15 años.

Una de las últimas hazañas de mi recobrado sentido arácnido se produjo hace unos meses, durante el verano de 2010, en tierras africanas, en Melilla. Andaba yo sudando por el centro de la ciudad buscando cualquier baratija tecnológica (no se por qué, pero es llegar a Melilla y me entran unas ganas locas de comprar cualquier cosa que funcione a pilas) cuando de repente sentí la llamada. El caso es que en Melilla no había tiendas de cómics, pero me puse alerta pues tenía la experiencia de que gracias a mi sentido arácnido descubrí un dia de agosto del año 2003, en una librería de allí, que además es juguetería, un tebeo que llevaba tiempo buscando y que ya por aquel entonces estaba totalmente agotado y descatalogado, y que resultó ser una joya de primer orden: La juventud del Tio Gilito. Estaba en la parte superior de un expositor, y pasaba totalmente desapercibido a los ojos de los niños que eran, en definitiva, mis mayores enemigos en cuanto a la hora de su adquisición, pues la portada tiene la apariencia de un tebeo infantil. Esa posición tan extraña a la hora de mostrarlo al público fue la causa que hizo posible que aquel volumen llegara hasta mí.  Porque, como veremos más adelante, siempre hay una razón.

Pues eso, volvemos al verano de 2010 ya que de repente me puse alerta pues paseando vi a lo lejos un cartel de una tienda que no recordaba que estuviera ahí.... y por la forma del rótulo y el nombre (que ahora no recuerdo) me di cuenta de que mi sentido arácnido me estaba poniendo en alerta Defcon 1. Efectivamente, cuando llegamos a la puerta mis sospechas se confirmaron: era una tienda de esas que venden maquetas, figuritas, artículos de regalo relacionados con series de TV y que además contaba con una pequeña sección de cómics. Asi que mientras la Señora Calamarda se paseaba con la pequeña Calamarda por entre los regalos de Bob Esponja, yo me dediqué a intentar localizar el lugar de donde provenían aquellas voces que no dejaban de gritarme de forma silenciosa.

Primer vistazo y nada. Parecía falsa alarma, así que volví junto a mis Calamardas.

Decido volver a las estanterías de cómic. Hay algo dentro de mi cabeza que insiste en que siga buscando allí. Lo malo es que no sé lo que busco ni la forma que tiene el tomo. Así que la cosa es más complicada de lo que parece.

Vuelvo a desistir, pero esta vez cojo un ejemplar de otro cómic, que también me llamaba, pero menos. ¿Sería éste el que me llamaba? Puede ser. Vuelvo con las Calamardas.

Sigo oyendo voces.

- ¡Cállate ya!, ¿te he cogido, no?, pues silencio. - Lo miro pero no es él quien emite mi nombre entre susurros.

- La madre que me..... - A seguir buscando.

Vuelvo a las estanterias y decido ir balda por balda, ejemplar por ejemplar, porque las voces son cada vez más insistentes. Al poco rato, lo encuentro, aquí está. Y ahora entiendo lo de las voces. Es un cómic de una pequeña editorial que está agotado en todos lados. Lo peor de todo es que meses antes lo tuve entre mis manos y pensé: "ya lo compraré en otra ocasión", pero por mucho que lo busqué después ya era tarde, estaba agotado. Imagino que la tirada tuvo que ser realmente corta. Al final la compra mereció la pena, y espero que la editorial siga su publicación, pues este primer volumen recopila las dos primeras historias de la que consta la colección. Y es que, amigos, en esta tienda se juntaban dos elementos potencialmente explosivos a la hora de encontrar material interesante:

- Era nueva: con lo que seguramente, para su apertura, se había hecho con un buen fondo de productos para poder tener un inicio interesante para los posibles compradores. Ojalá tengan suerte y siga abierta muchos años, pues es la típica tienda en la que me voy a gastar mucho dinero en mis viajes a Melilla, y que la verdad echaba de menos algo así por allí.

- Al ser un producto con poco tirón en una ciudad sin tradición en ese tipo de tiendas, era más que probable que se pudiera encontrar material interesante que, en tiendas similares en Madrid, vuela rápidamente.

Y es que Madrid es un buen sitio para comprar cómics, por aquello de la amplia diversidad de tiendas, pero presenta el problema de que como tardes en hacerlo, te quedas sin lo que quieres. Es una ciudad con poco stock, realmente, pues las tiendas básicamente distribuyen novedades, y cuentan con poco fondo. Cuando necesito comprar un cómic que tiene ya un tiempo en el mercado, lo suelo hacer a través de tiendas on-line en internet (todas de Barcelona, no sé por qué), que me ofrecen mucha más oferta que las de Madrid. Yo ya sé que si me paseo por el centro buscando cómics que no son novedades, las posibilidades de fracaso aumentan considerablemente.

En realidad, mis 11 años viviendo en la capital del Reino siguiendo esta metodología, han conseguido atrofiar mi sentido arácnido hasta dejarlo casi inservible. Pero mira tú por donde, este último fin de semana me he dado cuenta de que ha resurgido de sus cenizas con más fuerza que nunca, y ha conseguido que haya comprado uno artículo que he estado buscando durante los últimos tiempos y cuya adquisición había dado por perdida. Aunque en este caso no era un cómic y la causa (clara y evidente) por la que llegó hasta mis manos, después de tantos años expuesto en aquella tienda, se me presentó como un regalo del cielo que no podía dejar escapar por nada del mundo.

El caso es que una de las aficiones que he reforzado últimamente es la de las maquetas, gracias a que con mis nuevas estanterias puedo ordenar mis cómics y además, cuento con un poco de espacio para poner una primera fila de maquetas de tamaño pequeño-mediano delante de los mismos. Actualmente mi colección se basa en pequeñas piezas de aviones, naves espaciales y coches. Es una aficion que tengo que parar pues no dispongo de más espacio, pero una de las piezas que mas he anhelado en los últimos tiempos era alguna maqueta del coche de Fórmula 1 de la primera etapa de Fernando Alonso (del cual soy un fan acérrimo) en Renault, para entendernos: aquel que era azul y amarillo, que fue con el que consiguió sus dos mundiales (por ahora). El año pasado me compre una pequeña maqueta del Ferrari F10 con el que estuvo a punto de ganar el mundial de 2010, pero más que una maqueta, era un juguete muy bonito y conseguido. La verdad es que una buena maqueta de F1 es un producto realmente caro, pues suelen ser metálicas y plagadas de todo tipo de detalles. Realmente son preciosas.

Para entender un poco el tesoro que acabo de encontrar, decir que las buenas maquetas son de la marca Hot Wheels y Minichamps, que por lo que he visto por ahí suelen ser las mejores. Luego, también es importante la escala de la maqueta, pues varía desde una 1:18 (la más grande) a 1:43, la más pequeña. En términos de centímetros, una 1:43, para un F1 estándard, rondaría los 10-12 cms de tamaño. Una escala de 1:18 estaría sobre los 25-26 cms. Por supuesto el precio varía considerablemente, no sólo teniendo en cuenta el tamaño, sino también al piloto que está dentro (se sabe por el casco): no es lo mismo un Renault R-26 de Alonso, con el que ganó su segundo mundial, que uno de su compañero Fisichella, por ejemplo. Luego está la maña de cada uno, porque he visto cosas por los foros de gente que hace lo que le da la gana con estas maquetas. Pues bien, normalmente los precios de las maquetas de 1:43 esta alrededor de los 30-40 euros para un coche de Fernando Alonso. Recuerdo que en esta escala el tamaño del coche no es mayor de 12 cms. Una pasada.

Sin embargo, por una parte gastarme 40 euros en un coche de 10 cms, sólo porque es el de Alonso, se me antojaba algo completamente imposible. Y en cuanto a los tamaños, decir que hace poco he visto en E-Bay un R-25 a escala 1:18 a un precio de 130 euros. Imagino que éste es un caso extremo, pero no es menos cierto que cuanto más tiempo pasa, más valor van adquiriendo, sobre todo si están en buen estado. Así pues, bajo estas circunstancias, yo ya ni manejaba como opción la posibilidad de adquirir una maqueta de 1:18, ya que los precios están muy por encima de lo que mi moral me deja pagar. Mis esfuerzos se centraban en poder tener la suerte de pillar alguna oferta de segunda mano a buen precio en alguno de los foros de automodelismo que había empezado a frecuentar.

Y entonces pasó lo imposible: mi sentido arácnido se puso a funcionar en el mejor de los momentos un sábado por la tarde, cuando paseábamos por una zona de Madrid por la que no solíamos hacerlo.

Fue justo enfrente del estado Santiago Bernabeu, precisamente muy cerca de donde hace ahora casi 8 años lo vi con su coche por medio de la Castellana en Madrid, en un espectáculo impresionante. La foto siguiente la he encontrado en Flickr, y la he puesto porque es de la curva donde estaba yo en primera fila, de hecho seguro que si buscara por entre la gente que se ve al fondo, me vería yo. Aconojaba verle tomar la curva sin mas protección para mis huesos que esa endeble valla metálica. Alucinante.



Pues bien, muy cerca de esa curva, en una tienda de juguetes que hace esquina mi sentido arácnido me puso de nuevo en alerta Defcon 1. La tienda tenía varios escaparates a la calle, y aunque parecía haber maquetas, no era la típica tienda donde existen productos especialmente interesantes pues había sobre todo peluches y juguetes. Sin embargo, al doblar la esquina y pasar por el último escaparate mis ojos se fijaron en un coche de F1, de color azul y amarillo que estaba como unos 8 metros dentro de la tienda, sobre unas baldas. STOP. Hay que entrar.

Lo primero que había que tener en cuenta es que aquella visión fugaz podía ser la de un juguete, o incluso un Renault F1 de alguno de los compañeros de Alonso. Luego estaba el tema precio, porque la maqueta se la veia grande. Al entrar le pido a la dependienta que si me deja ver el coche, en décimas de segundo muchas respuestas se despejaron:

- Por los colores del casco se podía decir sin lugar a dudas que era Alonso.
- El tamaño de la maqueta era 1:18.
- No era un juguete, era una pedazo de maqueta marca Hot Wheels, que a mi me pareció lo más bonito del mundo.
- Segundo: su precio, a pesar de todo, era asequible: 70 euros.

Ni Indiana Jones delante del Arca del Alianza se llevó mayor alegría.



Pero fue entonces, cuando la dependienta cogió la caja del coche y la puso en el mostrador, cuando me dí cuenta de por qué ese coche, después de tantos años, se había quedado sin vender. Y fue cuando tuve que poner todas mis fuerzas y energías en reprimir un grito de alegría, porque a pesar de la cara de fastidio (seguramente fingida porque en la tienda sabían perfectamente lo que pasaba) de la chica al ver lo que había en la caja, yo me dí cuenta de que estaba ante la oportunidad de mi vida. Así que se inició una pequeña batalla de gestos fingidos entre ambos, cuyo resultado fue que tanto la una, como el otro (yo) quedamos totalmente satisfechos de la compra-venta.

Resulta que el coche tenía un pequeño desperfecto: la rueda delantera derecha estaba suelta, ya que le faltaba la pieza que unia la rueda con el eje.




Pero, eso no era problema, pues por una parte no hay nada que no arregle el pegamento de contacto (y sobre todo en este caso, donde la herida estaría totalmente oculta), y además, esto sería un guiño a lo que le pasó al pobre Alonso en el Gran Premio de Hungría de 2009, donde precisamente esa rueda se le salió en plena carrera y fue a vivir su vida por sí sola.


Así que después de una serie de gestos (como digo fingidos) por mi parte, les pregunté si no tenían otra, a lo que me contestaron que no, claro (a ver de dónde coño iba a encontrar yo a estas alturas una maqueta 1:18 del R-25 con el que ganó su primer mundial....). Les dije que me lo quedaría, pero no al precio que me habían dado. Así que la dependienta cogió una calculadora (no se si es que las ruedas se venden al peso o a un % del precio del coche) y me dijo que me lo dejaba en 45 euros (supongo que dijo 45 como podía haber dicho 50, o 30).

Yo haciendo mis cuentas hubiera aceptado hasta 55, e imagino que en la tienda, cuando me fuí, dirían: se lo hubiera dejado por 35. Pero me da igual. Al día siguiente, con un poco de pegamento de contacto me puse manos a la obra y, ejerciendo de mecánico me puse a arreglar aquello. Evidentemente  la rueda ya no gira, eso era inevitable, pero teniendo en cuenta que no lo quiero para echar carreras, sino como objeto de exposición, pues como que me da igual. Lo bueno es que el coche tiene tantos detalles que incluso si giras el eje delantero, el movimiento se traslada al volante, que gira a la vez. Increíble.



Por supuesto, el coche ahora luce perfecto, como si no le hubiera pasado nada. Es más bonito....





Y luce perfecto, en mis estanterías Ikea, junto con mi otra pasión, los cómics, y su hermano pequeño: un Ferrari F10 con el que Alonso estuvo a punto de conseguir su tercer campeonato en 2010.

Ay... no me canso de verlos...



Esta compra ha sido una de esas cosas que provocan que se le dibuje a uno una gran sonrisa en la boca que no puede evitar y sobre todo, que invita a que te reconcilies con el mundo durante un buen puñado de días. Ha sido, en definitiva, la rehostia.

viernes, 4 de marzo de 2011

Ay dios mio, ay dios mio....

Sebastián replica a Alonso: 'Hamilton no se queda dormido conduciendo a 110' España elmundo.es



¿Qué hemos hecho en España para aguantar a gente como esta? ¿tan grande es nuestro pecado, oh Dios?

¡¡Pero si somos el único pais que nos vestimos como en carnavales para celebrar la muerte de tu hijo!!

¿A que va a ser eso?



martes, 1 de marzo de 2011

Nuevos capítulos


Atención aviso: hoy mismo, a partir de las 20:15 horas, en el canal Clan de TVE, se emiten nuevos capítulos de Bob Esponja.

A comprar palomitas ya mismo.