Si en la pescadería nos dicen que no limpian los boquerones, nos cambiamos de pescadería y que se los metan donde les quepan.
Congelamos los boquerones durante un período de tiempo nunca menor de 1 semana, por el tema del anisakis. Hay que recordar que los boquerones en vinagre no deja de ser comer pescado crudo.
Pasado este tiempo, los descongelamos con antelación suficiente, dejando que este proceso se lleve a cabo dentro del frigorífico, poco a poco. Jamás descongelarlos echándoles agua caliente o templada.
En la víspera de cuando vayamos a comérnoslos, y una vez descongelados, terminamos de limpiarlos, los abrimos por la mitad y les quitamos la espina central y la de los lomos, obteniendo dos filetes limpios por cada boquerón.
Los vamos poniendo en un recipiente hondo bien colocados unos encima de otros, salando ligeramente.
Cuanto más vinagre, más prietos quedan y más blancos, pero más fuertes de sabor.
Cuanta más agua, menos prietos, menos blancos y menos fuertes de sabor.
Cada uno ha de buscar su punto al gusto. Mi proporción es 4 de vinagre por 1 de agua.
Cerramos el recipiente por aquello del olor, y lo metemos en el frigorífico durante unas 8-10 horas.
Al día siguiente, unas 2 o 3 horas antes de comerlos, se escurren (no se lavan).
Se pelan los dientes de una cabeza de ajos, aproximadamente, y se lonchean.
Se pica un poquito un puñado de perejil, apenas unos cortes, para que el que lo desee, pueda quitarlos fácilmente a la hora comer los boquerones.
En un recipiente hondo, se van colocando los filetes de los boquerones, alternándose, si se desea, con un poco del ajo que hemos loncheado y salando ligeramente.
Una vez colocada la última capa de filetes, se terminan de incorporar las lonchas de ajo y el perejil.
Se rocía todo con abundante aceite de oliva virgen extra, para que cubra todos los filetes. Dejándose macerar un par de horas antes de comerlos.
Se compra pan del bueno y se corta en buenas rodajas, y se ponen los filetes de boqueron sobre ellas; sacamos una cerveza y disfrutamos.
Tranquilos amigos, ¡hay para todos!.
TRUCO: Una vez que nos hemos comido los boquerones, y queda el aceite con los ajitos y el perejil picado, no se os ocurra tirarlo: vale su peso en oro. Podemos usarlo, una vez colado, para:
- Incorporarlo a la masa de la pizza (en el caso de que hagas tu mismo la masa), dándole un gran sabor.
- Podemos usarlo como vinagreta de primera calidad, para aliñar ensaladas, rehogar verduras cocidas o a la plancha, para hacer sofritos, y cualquier cosa que se nos ocurra.
- Como aperitivo, si ponemos un plato de patatas fritas de bolsa, podemos fácilmente enriquecerlas y potenciar su sabor regándolas ligeramente con el aceite, lo suficiente para que aporte sabor sin reblandecerlas.
2 comentarios:
ofu q hambre
Madre mía que ganas de unos boqeroncitos de eso ricos...Yo he intentado hacerlos pero nunca se quedan del todo bien. Lo intentaré con tu receta, a ver que tal. NATY HOLGADO.
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